Diario Córdoba

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CORONACIÓN CANÓNICA

Historia de la devoción a la Virgen de la Paz y Esperanza

Desde su bendición en 1939, la imagen ha ido forjando una historia devocional a lo largo de los años y es hoy una de las mas veneradas de Córdoba

La Virgen de la Paz el Miércoles Santo de 1943 por la calle Alfaros, rodeada de gente. Archivo Hermandad de la Paz

Cuando el próximo sábado Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, coloque sobre las sienes de la Virgen de la Paz la corona canónica, muchos se acordarán del imaginero Juan Martínez Cerrillo, aquel de cuyas manos salió la dulce imagen cuya devoción es el centro de atención en estos días. 

Corría el año 1939 cuando la imagen fue entregada por su autor al cofrade Juan Calero, hermano fundador de la cofradía, por el precio de 1.000 pesetas. Poco después Calero se la llevó a su casa, donde la instaló en una estancia de la misma que habilitó como improvisada capilla.  

Martínez Cerrillo, el autor, junto a su Virgen de la Paz. Archivo Hermandad de la Paz / Francisco González

Tras el incesante número de devotos que pasaron a contemplar a la Virgen en casa de Calero, consiguieron autorización del Obispado para que la bendición tuviera lugar en la parroquia de San Andrés, un acto que se celebró el día 8 de septiembre de 1939.

El impacto que causó la imagen en el pueblo de Córdoba se puede palpar sobre todo por las crónicas periodísticas de la época, de este modo llamaba poderosamente la atención el hecho de ser una imagen dolorosa de rostro juvenil vestida completamente de blanco, la postura de sus manos, en definitiva, una impronta que chocaba directamente con lo que la Córdoba del momento estaba acostumbrada: Vírgenes enlutadas de gesto apesadumbrado. 

Fray Ricardo, vestidor de la Virgen de la Paz durante décadas. Archivo Hermandad de la Paz / Francisco González

En lo que respecta a la advocación la elegida para la Virgen fue la de «Paz y Esperanza». Si bien en un primer momento se acordó que fuera uno solo, «Esperanza». Cerrillo contó en multitud de ocasiones que fue su madre la que intercedió para que fuera también «de la Paz», con el convencimiento de que esta imagen, recién terminada la guerra civil, había traído la paz a España y a su casa. Los fundadores no dudaron en anteponer ese título al inicialmente pensado quedando definitivamente bajo la advocación de María Santísima de la Paz y Esperanza.

Poco después de la bendición, el párroco de San Andrés mostró su disconformidad a que permaneciesen en dicha sede, por lo que de nuevo Calero llevó la Virgen a su casa. Tras varias gestiones y la aprobación de la Curia Provincial de los Capuchinos, se consiguió la erección canónica de la hermandad en la iglesia conventual del Santo Ángel (Capuchinos). Allí fue conducida la Virgen en unas sencillas parihuelas en la tarde-noche del 24 de febrero de 1940, desde entonces es parte indisoluble de este rincón de Córdoba, no en vano es nombrada popularmente como la «Paloma de Capuchinos».

Besamanos de la Virgen de la Paz en la antesala de su coronación canónica. Francisco González

Después llegaría fray Ricardo de Córdoba, y tantos otros nombres que han hecho que la Virgen de la Paz y Esperanza sea hoy lo que es, han hecho que su devoción permanezca a la alza, prueba de ello es la corona de amor que este sábado recibirá en nombre de todos aquellos que en los últimos ochenta y tres años han forjado la historia de una devoción. 

Arranca en la Catedral el triduo preparatorio de la coronación 

A escasos días de la coronación de la Virgen de la Paz y Esperanza, la cofradía de la Paz celebra desde este martes en la Catedral el solemne triduo preparatorio para la coronación canónica, un triduo que se prolongará hasta el jueves 13 de octubre. La eucaristía dará comienzo todos los días a las 20.00 horas oficiada por distintos obispos y arzobispos.  

En lo que respecta a este martes 11 de octubre, la sagrada cátedra estará ocupada por Francisco Javier Orozco, obispo de Guadix; el miércoles 12 de octubre (festividad del Pilar) la ocupará Juan José Asenjo, arzobispo emérito de Sevilla; y finalmente, el jueves 13 de octubre será el turno de Mario Iceta, arzobispo de Burgos.

Como colofón a este triduo preparatorio, el sábado 15 de octubre tendrá lugar la solemne misa estacional de coronación pontificia de la Virgen de la Paz y Esperanza. La ceremonia dará comienzo a las 17.00 horas y estará presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y concelebrada por el Cabildo Catedral, los hermanos Capuchinos y clero diocesano.

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