La Cuaresma empezó ayer con el ánimo de rezar por la paz en el mundo, un mensaje que estuvo presente en todos los actos religiosos de la jornada. Así, en la Catedral, el obispo, Demetrio Fernández, presidió la tradicional misa de las cenizas. El prelado, tras recordar a los fieles que entramos en la Cuaresma, “un tiempo santo que nos prepara hacia la Pascua, santo porque Dios se vuelca con nosotros dándonos su misericordia”, centró su homilía en la guerra de Ucrania, comentado cómo “las grandes potencias se están repartiendo el mundo según sus intereses, un hecho que está expresando que el corazón humano está enfermo, necesita de Dios, necesita ser sanado”. En este sentido, uniéndose a la petición del Papa Francisco, el obispo invitó a los fieles a que el Miércoles de Ceniza sea de oración y de ayuno, especialmente por Ucrania. “Estamos llamados a ser autores de paz en nuestros ambientes, porque de lo contrario, somos colaboradores de la guerra, que tiene como motivo la soberbia, la prepotencia, el egoísmo, el odio…”, expresó el prelado al tiempo que manifestó la urgencia de trabajar por la paz “pues Dios quiere para nosotros el don de la paz”.

El obispo concluyó su homilía recordando que es “Dios quien quiere transformar nuestro corazón especialmente en esta Cuaresma”, cuarenta días para recibir la misericordia de Él e intensificar la oración, el ayuno y la limosna, porque “es tiempo de misericordia, de recibirla y de repartirla”. “Corre prisa hacer el bien porque la vida se nos va”, aseguró.

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El obispo de Córdoba preside la misa del Miércoles de Ceniza en la Catedral Manuel Murillo

A través de las redes sociales las cofradías se unieron a esta petición de paz y ayuno hecha días atrás por el papa Francisco animando así a sus hermanos a rezar en este día del inicio de la Cuaresma por la paz.

También el inicio de este tiempo de penitencia fue el día que la hermandad del Vía Crucis del Cristo de la Salud eligió para abrir el tiempo jubilar concedido con motivo del cincuentenario de su fundación. Fue el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, quien por la tarde abrió en la parroquia de la Trinidad este tiempo de gracia para la hermandad, un tiempo que según el obispo “contribuirá al fortalecimiento de la fe y de la vida cristiana, así como de la aspiración a la santidad de vida de todos los devotos del Santísimo Cristo de la Salud”.

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Apertura del Tiempo Jubilar del Vía Crucis en la parroquia de la Trinidad A.J.González

Esplendor cofrade

En este arranque de la Cuaresma numerosas cofradías dieron comienzo a sus cultos llenando de suntuosidad los templos como lo hizo la hermandad de la Misericordia en la basílica de San Pedro con un grandioso altar presidido por el Cristo de la Misericordia; la hermandad del Rescatado en Trinitarios; la hermandad del Huerto en la parroquia de San Francisco o la hermandad de la Soledad en la parroquia de Santa María de Guadalupe (padres Franciscanos) entre otras muchas.

Otras cofradías rezaron el Vía Crucis en el interior del templo como lo hizo la hermandad de la Merced alrededor de la imagen de su titular, Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas. El maniatado Cristo caminó por el interior de la parroquia de San Antonio de Padua en un claustral Vía Crucis acompañado del rezo y la música de capilla.

Vía Crucis Nuestro Padre Jesús de las Penas

Vía Crucis Nuestro Padre Jesús de las Penas Manuel Murillo

Un rezo penitencial que también salió a la calle, en esta ocasión de la mano de la hermandad de la Esperanza acompañando a su titular, Nuestro Padre Jesús de las Penas, que caminó con solemnidad por el entramad de calles de los castizos barrios de San Andrés y Santa Marina. El Señor, vestido con túnica de terciopelo color cardenal, fue portado en una sencilla parihuela con un exorno floral que recreaba un calvario compuesto con distintas variedades florales. Un quinteto musical de la banda de música de la Esperanza puso los sones a este íntimo momento que cada año al inicio e la Cuaresma cita a numerosos fieles y cofrades alrededor de Jesús de las Penas.