Un año más las campanas de la Fuensanta, la Virgen del Socorro o la belleza de la Virgen de la Merced nos anuncian que el curso cofrade está a punto de comenzar, un curso que llega con la alegría de la vuelta de las cofradías a las calles de la ciudad.

Una vuelta que será distinta, con protocolos, con distancias de seguridad, sin costaleros, pero seguro que con la misma ilusión de siempre, esa ilusión que los cofrades no han perdido en todo este tiempo de pandemia donde han estado dando la talla, ayudando al más necesitado y, por supuesto, esperando que llegue este momento, sin duda el preámbulo de la ansiada normalidad que, si Dios quiere, dará paso a una radiante y esperada Semana Santa en las calles.