La hermandad del Caído ha depositado en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) la conocida como «túnica de Lagartijo» con el fin de realizar un estudio sobre su estado de conservación, así como un presupuesto para su restauración, tal y como informa a través de sus medios oficiales el instituto, dependiente de la Junta de Andalucía.

Se trata de una interesante pieza fechada en 1884 cargada de un gran valor sentimental, ya que fue donada a la cofradía por el diestro Rafael Molina Lagartijo tras salir ileso de una cogida. La túnica, en la actualidad en desuso, fue bordada en Barcelona en el célebre negocio de efectos militares Castells e Hijos y a lo largo de los años ha sido sometida a varias restauraciones, la ultima en el año 1985 a cargo de las monjas del Monasterio de la Inmaculada, el Císter.