Dirección: José Antonio Romero Vacas.

Música: José Luis Ballesteros Galindo.

Letra: Juan Bautista Escribano Cabrera.

La comparsa de Pozoblanco vino a demostrar que el quinto premio obtenido el año pasado no fue pura casualidad. Y vaya que sí lo hizo. Desde la trinchera de su redacción periodística con aromas de otra época, la agrupación dirigida por José Antonio Romero desplegó un sinfín de voces melódicas que se complementaron con el tacto y la sutileza de sus letras.

Así se demostró en su tanda de pasodobles. El primero caló de manera profunda en el respetable, pues recordaron a un niño que desde pequeño tenía el sueño de ser periodista. De mayor quiso cumplir su sueño y por ello decidió dejar atrás su tierra para viajar hasta la guerra de Irak. “Allí murió un cordobés y Córdoba lo había olvidado; va por ti Julio Anguita Parrado”. Su segundo pasodoble fue una crítica profunda hacia todos los quehaceres del “rey Arturo”, quien “destruyó la democracia y las libertades por un país independiente”. En una clase magistral sobre la problemática catalana, la comparsa quiso recordar que “aquí cantó Carlos Cano” y “gente como usted y los Pujoles han ensuciado nuestra democracia”.

La segunda parte de su actuación comenzó con su tanda de cuplés vinculados a la clase política: el primero volvieron a mencionar a las corruptelas de la familia Pujol-Ferrusola, mientras que en el segundo trataron la inoperancia de la clase política y el tópico “y tú más”. Ambos fueron el preludio de un popurrí que supuso una crítica bien construida sobre los diferentes tipos de periodismo. “El periodista es un villano que se presta al billete publicando sus miserias” y ante tanta información e incredibilidad con gente “que te quiero volver loca o engañarte, lo mejor es creer la niño que llevas dentro”.