Dirección: Rafael Banderas.

Música: Pepe Carrillo.

Letra: Pepe Carrillo, Pepe Caballero y Javier Guisado.

Estudiantes de la Universidad de Carnaval, los componentes de esta comparsa debutante consiguieron graduarse ante el público del Gran Teatro con una presentación de fuerza en voces para recordar las enseñanza de sus profesores, Amate, Lonene o Ibáñez, entre otros. Con un pasodoble "sencillo y una letra que llegue a la gente", mostraron su lado crítico con aquellos que descalifican la fiesta de Don Carnal, mientras que su segundo recordó a las víctimas de violencia de género a través de la bella historia de sus madres, que por ellas "se quitaría la vida para estar junto a ella descansando".

Simpáticos cuplés sobre la inteligencia de su vecina Antonia Mari que lo ha aprobado todo, "hasta la manguera de los bomberos de la Academia, y también sobre los diversos productos eróticos y la delicadeza de los "latinlovers", en contraposición con épocas pasadas. Su estribillo era un canto a la libertad de expresión y una petición "para que no les tapen la boca y dejen expresar todo su amor" hacia el Carnaval. El popurrí supuso una reivindicación para los autores y los diversos elementos que engloban la fiesta, desplegando un buen conjunto de voces y melodías.