Los últimos años están refrendando una preocupación evidente entre la población y las administraciones públicas en torno a los aumentos de las temperaturas, la falta de lluvias, las secuelas de los incendios o la pérdida de calidad en el aire. No es ninguna temeridad decir que la provincia de Córdoba es una de las provincias que se verá más afectada por las consecuencias del cambio climático

El panorama no es nada alentador, hasta el punto de tratarse de un fenómeno imparable que ya está entre nosotros y que, según los expertos, solo se puede frenar a través de un permanente sentido de la concienciación ciudadana (individual y colectiva) y de las instituciones.  

En los últimos días, Egipto ha acogido la Cumbre del Clima COP27, cita en la que los grandes objetivos pasan por presentar los planes para combatir el calentamiento global según lo establecido en el Acuerdo de París y ante un escenario de crisis geopolítica, económica y energética. A primera vista no se adoptarán decisiones ni acuerdos que palíen los efectos del daño que viene sufriendo el planeta. Así de rotundo lo consideran desde Ecologistas en Acción. El portavoz de Cambio Climático de este colectivo en la provincia de Córdoba, Guillermo Contreras, subraya que «hay una distancia importante entre los compromisos de los estados y las necesidades reales porque no hay voluntad política».

Los mayores expertos científicos dicen que para el 2030 hay que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45%. Sin embargo, recalca Guillermo Contreras, «la ONU ha preguntado a los Estados qué han hecho hasta el momento y la suma resultante de sus acciones es del 1%, de ahí que sea imposible pensar que haya voluntad para cumplir acuerdos aunque se anuncien magníficas declaraciones de intenciones».

Las olas de calor están afectando de manera importante a la salud

La ausencia de un horizonte esperanzador perjudica en gran medida a territorios como la provincia cordobesa, donde en 2050 podrían ser habituales los 49º de temperatura. El Observatorio de la Sostenibilidad destacaba este año que la temperatura media ha subido casi dos grados en Córdoba entre 1900 y 2018, un incremento que sitúa a la capital como una de las tres con mayor incremento. 

La línea del desierto se situaría, de seguir esta tendencia, entre Lisboa y Alicante, por lo que nuestro territorio pasaría a formar parte de la zona desértica de la Tierra. De cumplirse esta previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la incidencia será directamente más agresiva sobre la salud de la población. El Instituto de Salud Carlos III viene haciendo estimaciones sobre cuánta gente perdería la vida como consecuencia de las olas de calor. Sin ir más lejos, en julio de este año se estimó que una quincena de personas habrían fallecido por el calor en Córdoba. Además de este luctuoso hecho, desde Ecologistas en Acción alertan de que el cambio climático traería consigo mayor probabilidad de contraer enfermedades más propias de las zonas tropicales en la actualidad o el incremento de insectos que las transmiten. 

Para reducir el calentamiento global del planeta y la velocidad de sus efectos en Córdoba se han de tomar medidas basadas en la austeridad, acabar con los combustibles fósiles y aplicar en su máxima expresión la eficiencia energética. A nivel general, Ecologistas en Acción plantea acabar con el consumo de carbón, petróleo y gas, los causantes del incremento de la temperatura media del planeta. Y si no, que «se reduzca el consumo a un tercio», comenta Contreras. 

Sequía | Los embalses de la provincia se encuentran al 14% de su capacidad, cuando deberían estar a la mitad en estas fechas. FRANCISCO GONZALEZ

Esta medida podría suponer para sectores importantes en Córdoba como el agroalimentario el fomento de actividades como la agricultura ecológica, el consumo de proximidad y que los alimentos provengan del entorno de las ciudades. Todo ello por encima de la importación de legumbres procedentes de Canadá o Chile. 

Haciendo referencia al sector de la movilidad, reducir los vuelos y los desplazamientos en coche privado son una prioridad. Incluso, Guillermo Contreras plantea que «no hay suficiente mineral para construir 1.000 millones de coches eléctricos». Por ello, el transporte colectivo, a través de medios de transporte, como el autobús o los trenes son una medida interesante. Y eso que ahora los desplazamientos en tren «representan el 4% del total del movimiento de mercancías y personas en España». Y en el sector agroindustrial el camino pasa por desarrollar la industria local.

La labor de las administraciones a la hora de poner sobre la mesa propuestas para frenar el cambio climático es básica para no seguir viendo cómo sus distintas manifestaciones (sequía, inundaciones y aumento de las temperaturas) se acentúan con el paso del tiempo. En este sentido, cabe reseñar que la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Economía Azul, está colaborando con cinco municipios de la zona norte de Córdoba, en particular Los Pedroches, para desarrollar un proyecto piloto de elaboración de los planes municipales contra el cambio climático. Para ello, se ha elaborado un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero de cada municipio empleando la herramienta huella de carbono de municipios de Andalucía. Además, también se han identificado los elementos vulnerables frente al cambio climático y la evaluación de riesgos climáticos a los que se enfrentan. 

La Junta y la Diputación emprenden proyectos para la sostenibilidad

En todo caso, una de las premisas para reducir el calentamiento global del planeta es el de reducir el consumo de energía y combustibles. A ese tren se ha subido la Agencia Provincial de la Energía, organismo dependiente de la Diputación de Córdoba. En los últimos años ha impulsado la financiación para que 64 municipios de la provincia instalen infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos. Lo que se busca, según el presidente de la Agencia, Víctor Montoro, «es ayudar a los municipios de la provincia a que estén preparados para la transformación energética en la que estamos inmersos; ellos, por su parte, están regulando el uso de dicha infraestructura a través de ordenanzas municipales de movilidad», para lo que pusieron a su disposición una ordenanza y asesoramiento en cuanto al coste económico.

Desertificación

El calentamiento de la Tierra desde el punto de vista climático está afectando sobre todo al Ártico, pero no son menores las consecuencias de este fenómeno provocado por el comportamiento del ser humano a lo largo de nuestra historia reciente en la región mediterránea, a la que pertenece la provincia de Córdoba. El riesgo de desertificación es muy alto en la zona centro y sur del territorio, pero también habrá puntos con riesgo elevado en la zona septentrional. Allí se pasará sobre el año 2045 de un clima mediterráneo subcontinental de inviernos fríos a uno de veranos cálidos y que guardarán mucha similitud con los peores días de las olas de calor que se sufren en Córdoba. Para compensar la emisión de CO2 a la atmósfera, la Delegación de Medio Ambiente de la Diputación de Córdoba escogió la Vía Verde de la Campiña para poner en marcha una iniciativa pionera que haría desaparecer los gases de efecto invernadero generados por su propia actividad. Es decir, por el parque móvil de los servicios y departamentos de la institución provincial. 

Los pantanos de Córdoba presentan los niveles más bajos de Andalucía

En el caso de Córdoba capital, las propuestas más significativas para frenar el cambio climático pasan por cumplir los compromisos de carácter medioambiental a los que se ha comprometido el pleno de la Corporación municipal. El más reciente es la nueva ordenanza de movilidad que entrará en vigor el 1 de enero de 2023, en la que hace un guiño evidente al fomento de las nuevas fórmulas de desplazamiento por las ciudades. Sin embargo, todos los ayuntamientos están obligados desde octubre de 2022 a tener aprobado un plan de carácter local contra el cambio climático. Este asunto se va a demorar en el tiempo hasta el punto de que la presente legislatura podría finalizar sin que esté terminada su redacción.

El principal desafío de la crisis climática es hacer frente a los efectos que ya está provocando el cambio climático, según Ecologistas en Acción. En la actualidad, Córdoba y la cuenca del Guadalquivir está sufriendo los efectos de las reducidas precipitaciones de los últimos años y la caída de los niveles de los embalses. Los embalses de la provincia se encuentran en la actualidad a solo el 14% de la capacidad, cuando la media de la última década dice que debería estar a la mitad y lejos de esa corta previsión de abastecimiento de agua garantizado para el consumo humano de dos años.

Los grupos conservacionistas advierten de que el tiempo juega ya en contra ante este problema que contribuye a reducir la biodiversidad de la fauna y la flora. A estos problemas se unen también los efectos en la salud por la pérdida de la calidad del aire o la sobreexplotación de los acuíferos por los usos agrícolas.