Uno de los cultivos estrella en la actualidad a nivel nacional, y sobre todo en Andalucía, es el almendro en regadío, a consecuencia de las buenas perspectivas económicas del mercado de la almendra a nivel mundial, que vienen produciendo importantes cambios en el cultivo del almendro en España -mayoritariamente de secano- en los últimos diez años.

Así, si en el 2013 se registraban unas 40.000 hectáreas en toda España, en el 2021 son ya unas 157.000 hectáreas de almendro en regadío, unas 35.500 en Andalucía -casi el 23% del total-, según los resultados provisionales de la última Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura. Muchas de estas nuevas hectáreas en zonas como el Valle del Guadalquivir, siguiendo el sistema californiano, que genera el 77% de la producción mundial, basado en plantaciones intensivas de riego y fertilización.

Sin embargo, y al igual que también ha subido el mercado de la almendra, también suben los efectos del cambio climático, entre ellos la falta de agua debido a la escasez de precipitaciones, por lo que cada vez es más necesario analizar también en el almendro la aplicación del llamado riego deficitario, o estrategia de riego para tiempos de sequía que busca mantener la máxima producción posible de los cultivos contando con menos agua, con el fin de garantizar la sostenibilidad de los mismos.

Este cultivo, que va in crescendo, ocupa ya unas 35.500 hectáreas en toda Andalucía

Precisamente, esta es una de las actuales líneas de trabajo del grupo investigación Manejo y Conservación del Agua y el Suelo del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC) de Córdoba, aprovechando su larga experiencia y conocimiento en riego deficitario en otros cultivos, como explica Francisco Orgaz, investigador del citado grupo.

Para ello, y como para otros cultivos, el primer paso que realiza este grupo es determinar el consumo de agua necesario y a partir de ahí «cuantificar como baja la producción cuando hay menos riego», para investigar hasta qué punto se puede reducir el riego sin que la pérdida de cosecha ponga en peligro la propia viabilidad natural y económica de las explotaciones.

De igual manera, estos investigadores realizan predicciones de cosecha optimizando, además del uso del agua, la propia productividad del almendro a lo largo del ciclo de los cultivos.

Este producto tiene buenas perspectivas en los mercados internacionales. A.J. GONZÁLEZ

Entre otras cuestiones, desde este grupo del IAS-CSIS, se señala que «aunque el estrés hídrico siempre afecta negativamente a la producción, los trabajos realizados en zonas productoras distintas a Andalucía parecen mostrar que el llenado de grano es la fase fenológica donde la producción del almendro es menos sensible al estrés hídrico. Esta fase ocurre cuando el fruto ya ha alcanzado su tamaño máximo y la semilla empieza a acumular peso seco. En las zonas cálidas del Valle del Guadalquivir esto suele ir desde mediados de junio a cosecha, lo cual coincide con los momentos de mayor demanda evaporativa. Por el contrario, las fases fenológicas anteriores al llenado de grano y posteriores a la cosecha han sido señaladas como críticas para la producción del almendro».

Todos estos trabajos y análisis están permitiendo que el citado grupo de investigación ubicado en Córdoba asesore a comunidades de regantes y entidades como, por ejemplo, la Asociación de productores y exportadores de frutas, hortalizas, flores y plantas de Andalucía (Asociafruit); desde la que se resalta que el almendro es un cultivo «que empieza a tener una destacada implantación en nuestra región. La buena acogida en el mercado de nuestras producciones, así como el comportamiento estable de la demanda durante los últimos años, está haciendo que hoy por hoy el almendro en regadío sea uno de los cultivos con mayores expectativas de crecimiento en Andalucía». Unas expectativas a las que el sector, para consolidarse en el tiempo, también debe dar respuesta a los desafíos del cambio climático.

El sector también debe dar respuesta a los desafíos del cambio climático y a la escasez de agua

En esta línea, Francisco Orgaz afirma que «aún queda mucho por hacer en el caso del almendro en regadío, y también estudiar nuevas alternativas como puede ser el almendro en seto». Nuevas líneas y campos de investigación que desde el IAS-CSIS también se han puesto en marcha de la mano de productores privados como el Grupo Cortijo La Reina, situado en el municipio cordobés de Guadalcázar, que cultiva también almendro en seto.

En definitiva, unas investigaciones realizadas desde Córdoba que buscan dar respuesta a las necesidades de los agricultores en el contexto del cambio global.