El sector farmacéutico español, desde los laboratorios a las farmacias, está apostando cada vez más por la puesta en marcha de medidas que mejoren su gestión medioambiental y reduzcan su huella de carbono, más allá del conocido Punto Sigre o contenedor blanco que desde hace años está presente en las boticas como punto de recogida para el reciclado de los envases y restos de medicamentos de los ciudadanos, así como de las medicinas ya caducadas o que no se utilizan.

En este contexto, destaca el proyecto de Ecofarmacias, impulsado desde la entidad sin ánimo de lucro Sigre Medicamento y Medio Ambiente, que es la encargada de garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos que se generan en los hogares, integrada tanto por la industria farmacéutica, las empresas de distribución y las propias farmacias.

Estas Ecofarmacias se están extendiendo por la capital y la provincia cordobesa, a las que Sigre entrega un diploma como señal distintiva de que la farmacia en cuestión colabora también en el cuidado de la salud de la naturaleza y está comprometida con una mejor gestión medioambiental de la farmacia en su conjunto. Según se explica desde Sigre, este distintivo «no es un sello homologado y regulado como tal, que implique obligaciones para las farmacias, sino un distintivo de que la farmacia se compromete al cuidado del medio ambiente y a la puesta en marcha de diversas medidas complementarias a la gestión del Punto Sigre».

En concreto, este proyecto plantea un total de hasta 77 medidas o buenas prácticas sostenibles que pueden poner en marcha las farmacias en su día a día, aplicadas a las siete zonas más habituales de una oficina de farmacia, como son la entrada y el escaparate, la zona de dispensación, la zona de atención personalizada, el cuarto de baño, la zona de descanso, la zona de almacenamiento y la zona de formulación magistral.

Estas 77 medidas están clasificadas, a su vez, en cuatro ámbitos de actuación: el uso eficiente de la energía, para el que se plantean 32 medidas; el ahorro de agua, con 10 medidas; la optimización de los recursos, 18; y el uso responsable de bienes y servicios, con 17 buenas prácticas posibles.

Infografía de las distintas dependencias de una ‘Ecofarmacia’. CÓRDOBA

Así, y entre las más relevantes en materia de energía, las Ecofarmacias cordobesas apuestan por un óptimo aislamiento térmico de sus locales, por ajustar los equipos ofimáticos para minimizar su consumo; y por instalar detectores automáticos de iluminación en estancias de uso temporal, así como por poner en marcha sistemas de iluminación de bajo consumo y más eficientes.

Ya en materia de agua, se aconseja como alternativa más eficiente para calentar agua la bomba de calor, y que se procure limpiar las instalaciones en seco y se minimice el consumo de agua mediante sistemas de grifería específicos para ello.

Además, las Ecofarmacias apuestan también por la denominada economía circular, defendiendo la reutilización y reparación de los aparatos que utilizan siempre que sea posible, sin olvidar el asesoramiento al ciudadano para la correcta gestión ambiental de sus envases vacíos o con restos de medicamentos.

No en vano, «la labor continua de concienciación que hacemos las farmacias hacia la ciudadanía es esencial, informando de los graves perjuicios que supone, no solo para la salud, sino para el medioambiente, tirar los medicamentos a la basura», afirma un farmacéutico cordobés.

Por último, y relacionado con un uso responsable de bienes y servicios, las Ecofarmacias promueven los productos con eco-etiquetas, los materiales reciclados, y, en materia de mobiliario, usan muebles de madera procedentes de bosques gestionados de forma sostenible.

Como impulso a esta iniciativa, el pasado año Sigre desarrolló una campaña de concienciación bajo el título ‘Cada paso suma’, con el objetivo de recordar que cada vez que se realiza el sencillo gesto de depositar los medicamentos caducados o que ya no se utilizan, así como los envases vacíos, en el Punto Sigre de la farmacia se consigue cuidar la salud de todos y la de la naturaleza.

En definitiva, unas Ecofarmacias cordobesas que a través de sencillas acciones, como se afirma desde Sigre, «contribuyen a luchar contra el cambio climático, a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, y, entre todos, a conseguir un planeta más sostenible».