La imagen de la patrona de Cabra, la Virgen de la Sierra, llegó el pasado 4 de septiembre sobre las siete y media a la localidad tras hacer la que ha sido la segunda Bajá este año desde su santuario en el que está siendo su Año Jubilar, tras la realizada en junio para participar en la Magna Mariana cordobesa.

Durante el recorrido estuvo acompañada por varios miles de personas que, fieles a la cita del "cuatro a las cuatro" en su santuario, no quisieron perderse ese momento. De allí partió a hombros de sus costaleros en sus andas de plata de viaje adornadas con varios cientos de varas de nardos, para recorrer un camino angosto de unos siete kilómetros en los que lució un antiguo manto, donado por la duquesa de San Carlos y estrenado el 7 de septiembre de 1841.

El camino estuvo lleno de momentos que año tras año volvieron a repetirse de forma mágica y que las retinas de quienes la acompañaron pudieron de nuevo vivir en La Viñuela, el Peñón de la Beata, Los Colchones o la Casilla de la Salve, donde las mujeres la portan a hombros unos minutos. A partir de ahí, de nuevo una nueva parada en la Casilla de Góngora para entrar por el antiguo paso a nivel a la barriada que lleva su nombre.

Más tarde, tras cambiarse las vestimentas de viaje, la imagen entró entre fuegos artificiales en el centro del casco urbano por los arcos de la antigua calle Baena ya entrada la noche. Allí el alcalde, Fernando Priego, le impuso la vara de mando que la acredita como alcaldesa perpetua, tras ser recibida por el clero, la Corporación municipal, autoridades, hermandades, gremios y vecindario, junto a la banda de música de Cabra, caballistas y un gran número de carrozas que la siguieron hasta la parroquia de la Asunción y Angeles, donde permanecerá hasta el domingo 11 de octubre, que es la fecha en la que concluye el Año Jubilar.

Hay que tener en cuenta finalmente que el pórtico a las fiestas lo puso la el 3 de septiembre el pregón de la periodista egabrense María Luisa Hurtado, lleno de sentimiento, devoción y religiosidad y en donde no faltaron instantáneas y recuerdos para momentos vividos en la ciudad con su gente y en torno a la devoción a su patrona.