¿Cómo se llama realmente el árbol de los naranjos que decoran las calles de España y Córdoba? Pocos lo saben
La mayoría sabe que sus frutos son amargos, pero pocos saben cuál es su verdadero nombre

Calle de naranjos / JOAN CORTADELLAS
Pasear por las calles de cualquier ciudad andaluza es un auténtico placer para los sentidos. El clima, la arquitectura y, sobre todo, el aroma y el color de sus calles hacen que la experiencia sea inolvidable para quienes visitan esta tierra.
Hay algo que llama la atención de inmediato: la cantidad de árboles y plantas que forman parte del paisaje urbano. Entre ellos, destacan los árboles frutales, que no solo aportan sombra y belleza, sino también un ambiente único gracias al olor que desprenden sus flores y frutos.
Y si hay un árbol que se lleva todas las miradas, ese es el naranjo. Basta con recorrer Córdoba, Sevilla o cualquier rincón de Andalucía para ver sus ramas cargadas de naranjas que decoran las calles, plazas y patios. Pero aquí viene el dato curioso que sorprende a muchos: esas naranjas no se pueden comer.
Aunque este pequeño "secreto" ya lo conocen muchos, hay un detalle que no todo el mundo sabe. El famoso árbol de los naranjos que vemos por las calles no es el típico naranjo dulce que encontramos en el supermercado. Tiene otro nombre y una historia que se remonta siglos atrás.
El veradero nombre del naranjo urbano
Su nombre científico es Citrus aurantium L., aunque popularmente se conoce como naranjo amargo. Este árbol llegó a la península en tiempos de Al-Andalus y, en aquella época, se le llamaba nãraný, una palabra de origen árabe. Desde entonces, se ha convertido en parte esencial de la imagen de ciudades como Córdoba, donde sus flores y frutos son todo un símbolo.
El naranjo amargo es un árbol de tamaño medio, con hojas verdes, suaves y brillantes que se mantienen todo el año. Pero lo que más enamora es el aroma de sus flores blancas, conocidas como azahar, palabra que también viene del árabe y que significa literalmente "flores".
Aunque los visitantes se sienten atraídos por los frutos anaranjados que cuelgan de sus ramas, lo cierto es que estas naranjas no son aptas para comer en fresco. Tienen un sabor amargo e intenso que las hace desagradables para el consumo directo, pero eso no significa que no tengan utilidad.
De hecho el naranjo amargo tiene muchos usos interesantes. Las naranjas que produce se utilizan para hacer mermeladas, gracias a su sabor fuerte y ácido, y también se elaboran vinos muy especiales, como el conocido vino de naranja, preparado a partir de la fermentación de las cáscaras o de la fruta entera.
Además su aceite esencial es muy demandado en el mundo de la perfumería, ya que su fragancia cítrica y fresca es perfecta para fabricar perfumes y productos cosméticos. Y como si fuera poco, estos árboles ayudan a purificar el aire en las ciudades, ya que sus hojas y cáscaras contribuyen a absorber parte de los gases y la contaminación.
Otra curiosidad: no es difícil distinguir un naranjo amargo de uno dulce si sabes dónde mirar. Los frutos del naranjo amargo suelen ser más pequeños, con la piel rugosa y gruesa. Además si se observan bien las hojas, en la base del pecíolo se ve una pequeña forma de corazón lo que confirma que se trata de un naranjo amargo. Además suelen tener espinas algo que no ocurre en los naranjos dulces.
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