Cuando viajamos en avión sabemos que hay productos que no nos van a dejar llevar en el equipaje de mano, de forma que en ocasiones decidimos que lo mejor es facturarlo, pero a pesar de ello sigue habiendo artículos que están prohibidos.

Algunos son de sentido común y otros están fuera del alcance de las personas normales, pero existen ciertos objetos que nos pueden sorprender. Esta es la lista:

  • Cualquier sustancia inflamable como la gasolina, como por ejemplo una lata de combustible para el mechero
  • Sustancias explosivas, del tipo de una caja de petardos
  • Material radioactivo, aunque estos materiales no los maneja una persona común
  • Gases entre los que se incluyen botellas de gas para las cocinas de camping
  • Sustancias tóxicas del tipo de los matarratas y similares
  • Piezas que hayan tenido combustible en su interior, como los despieces de motores
  • Cigarrillos electrónicos (aquí nos podemos llevar una sorpresa) y las baterías de litio que vayan sueltas, como algunos tipos de pilas, baterías de móvil, etc.

El alcohol, la comida y el tabaco presentan restricciones

Podemos llevar alcohol y tabaco, pero siempre hay que consultar las cantidades que se pueden transportar sin declarar, ya que los límites son bajos por tema de impuestos. Nos dejarán llevar el clásico cartón, pero no más de eso y lo mismo con el alcohol.

La carne y los derivados de la leche deben ser para consumo personal, ir etiquetados y proceder de países miembros de la UE u otros como Noruega, Suiza, San Marino, etc.

Tampoco se pueden transportar vegetales de forma libre y aquí es mejor no hacerlo, ya que nos llegarán a exigir un certificado por llevar una pieza de fruta en la maleta, lo cual no merece la pena por las molestias.

Algo similar no pasará si queremos llevar una planta viva, puesto que nos van a obligar a que pase una inspección fitosanitaria, por lo que los trámites son tan pesados que es mejor dejar la planta en el lugar de origen.