Luismi Redondo, una 'pedida' de ascenso con alma blanquiverde

La vida y el fútbol, en ocasiones, caminan de la mano con sorprendente armonía. Que se lo digan a Luismi Redondo, que este fin de semana vivió una doble explosión de felicidad: primero, la deportiva, al certificar el ascenso a Segunda División con el Andorra; después, la más íntima, al pedirle matrimonio a su pareja cordobesa, a la que conoció durante su paso por el Córdoba CF. La escena, repleta de emoción y celebrada en el césped tras el éxtasis del objetivo cumplido, ha tenido eco no sólo en el Principado, sino también en la ciudad califal, donde el atacante sigue dejando huella aunque ya no vista de blanquiverde.

Raíces en Córdoba

Y es que el placentino, de 29 años, mantiene una conexión especial con El Arcángel, pese a su marcha hace ya tres temporadas. En la 2021-2022, fue una de las piezas claves del equipo que logró el salto a Primera Federación con Germán Crespo en el banquillo. Ocho goles, 31 partidos, revulsivo habitual y protagonista en la conquista de la Copa RFEF. No fue su primera temporada en la entidad, aunque sí la de su consolidación definitiva con la primera plantilla. Llegó en 2019 procedente del Deportivo Fabril y, tras su paso por el Córdoba CF B, formó parte de esa hornada de talentos -como Carlos Puga o Ricardo Visus- que acompañaron al técnico granadino tiempo antes en su promoción al primer equipo tras la destitución de Pablo Alfaro.

Después de cerrar su etapa en Córdoba, Luismi continuó su carrera en el Ceuta y, más tarde, en el Antequera, donde brilló con luz propia: 13 goles y un rendimiento notable que le abrieron las puertas del ambicioso proyecto del Andorra, presidido por Gerard Piqué. En el Principado ha coincidido con otro futbolista con raíces en Córdoba, el delantero villarrense Manu Nieto, y ha contribuido con su esfuerzo -y una diana- a un retorno exprés al fútbol profesional.

Sin duda, el epílogo perfecto a una temporada redonda llegó con esa pedida de mano espontánea y simbólica, tejida entre emociones y memoria cordobesa. Porque Córdoba -y el Córdoba CF, lógicamente- sigue muy presente en esta historia.

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