Una llamada a la acción pese a las circunstancias. Todavía encajando el duro golpe frente al Racing de Ferrol en El Arcángel, cita que dilapidó buena parte de las opciones por la fase de ascenso blanquiverde, el Córdoba CF apura las vísperas para otra batalla en Primera RFEF, otra igual de decisiva, aunque ahora para mantener con vida las matemáticas. El entrenador blanquiverde, Manuel Mosquera, en la recta final antes del encuentro frente a la Real Balompédica Linense en el Municipal de La Línea (domingo, 18.00 horas, InSports TV), analizó las claves de un momento de extrema delicadeza para la afición y plantilla: «El Córdoba CF va a ir a ganar allí porque nos jugamos la vida. El partido va a ser complicado, precisamente, por los dos tipos de pensamiento que llevamos. Sé muy bien qué tipo de partido nos vamos a encontrar, pero vamos a seguir en la misma línea: fuertes, agresivos e intensos», señaló tras la sesión de trabajo de este viernes.

La premisa: «no bajar los brazos»

«Nos estamos sacudiendo el palo», prosiguió el preparador, reafirmando el camino marcado para estas cuatro últimas jornadas del calendario, todavía tratando de encajar el revés ante el Ferrol, aunque con la idea intacta para buscar los tres puntos en la visita al Municipal de La Línea. «El fútbol te permite otra opción, de volver a jugar. Es lo que quieren los jugadores cuando ocurren estas cosas, buscar la victoria, sacudirnos todo lo que pasó ante el Racing de Ferrol», afirmó. «La recuperación está siendo rápida. Nos agarramos todos al mensaje de no rendirnos, no bajar los brazos. Como profesionales tenemos que ganar por el escudo, por la afición. Esta jornada marcará que la victoria valga mucho o muy poco, pero no importa, la determinación por ella es la misma. Pese a todo, las posibilidades se han reducido mucho», apuntó tajante.

«Soy entrenador, trabajo con mi equipo todos los días, en el Linense, en ganar al Linense. Me interesa que el cordobesista vea que el entrenador y sus jugadores están trabajando para ganar, los análisis paralelos no me desvían un solo centímetro de mi camino, que es trabajar con el equipo muy fuerte, sacar el mejor posible para terminar ganando con en La Línea. Con todo lo demás no pierdo energías», indicó.

Manuel Mosquera, durante la sesión de trabajo de este viernes. MANUEL MURILLO

El terreno de la motivación, de la misma forma, fue valorado por el técnico, que destacó su importante labor conciliadora para reflotar los ánimos del vestuario pese al contexto. La clave: apelar a la «profesionalidad». «La Liga empieza un día y acaba otro, hasta el último segundo tienes que estar trabajando, corriendo, presionando e intentando ganar partidos, es lo que tiene que hacer un profesional. La base nuestra tiene que ser esa. Aquí no hay bajada de brazos porque se pierda un objetivo. Hasta el último segundo de esta Liga no voy a dejar de exprimir a los futbolistas. Todavía, el objetivo matemáticamente se puede lograr, no lo voy a obviar», aseveró.

La Balona, con el agua al cuello

Lo de enfrente será un combinado linense en extrema urgencia, tratando de escapar del acoso de los puestos de descenso y con una auténtica final anticipada frente a los blanquiverdes. «Cuando un equipo está jugándose la salvación de una categoría importante, desde luego se juega la vida de otra forma. Mi experiencia dice que cuando un equipo se juega la salvación, sus primeros 15 o 20 minutos son como si no hubiera un mañana. Van a incidir mucho más en la agresividad», avisó.

Para el de Oleiros, igualar la intensidad y la ambición, de esta forma, se antoja imprescindible para la antepenúltima cita de la agenda: «Van a apelar a que nosotros no nos jugamos nada, ahí es donde tenemos que cambiar la mentalidad, que ya lo estoy haciendo yo desde aquí. Nos jugamos muchísimo. Si los resultados externos aún así no fuesen buenos, nos jugaríamos una victoria de profesionalidad», manifestó.

Un bagaje «pobre» y la afición

Tras un bagaje de dos de 12 puntos desde su llegada al banquillo, el preparador blanquiverde también aprovechó para señalar su «rabia» por no haber podido destaparse como «ese estímulo» para revertir la situación, aunque destacando su total predisposición, «templanza» y «entereza» para abordar lo que queda. «Es muy pobre. Al entrenador se le juzga por el resultado, por lo tanto no se me puede estar juzgando bien. Los jugadores están peleando porque tengamos una victoria. Creo que hemos podido conseguir una, pero por un motivo u otro, fallos nuestros, méritos rivales, no lo hemos hecho», admitió.

Sobre la afición, el mensaje también fue de entendimiento: «Entiendo el desánimo, que de tanta masa social y lo que representa el Córdoba CF, mucha gente dé todo esto por terminado. No lo ha hecho matemáticamente. El objetivo se ha reducido, pero no es insalvable. Tengo que trabajar todos los días como si fuese el último, han de entender que estoy buscando lo mejor del equipo para que ganemos al Linense. Les pido que estén con él, con nosotros, el apoyo infinito sale de la gente, siempre estén ahí. Tienen que expresarse. Desde el punto de vista de entrenador, exijo hasta el último segundo, quiero que la afición esté hasta el último segundo exigiéndonos», apostilló.