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Córdoba CF: las razones para una larga crisis

Golpes anímicos, cambios en el vestuario, impermeabilidad a las sugerencias y problemas físicos minaron al conjunto blanquiverde

Manuel Mosquera da instrucciones en un entrenamiento ante Caballero, Alonso y Alberto.

Manuel Mosquera da instrucciones en un entrenamiento ante Caballero, Alonso y Alberto. / A.J. GONZÁLEZ

Ignacio Luque

Ignacio Luque

«No hay un problema físico global en el equipo, pero sí individualidades que provocan… No hay una uniformidad. Pero sí, efectivamente, hay jugadores muy fatigados, pero médicamente hablando. Con datos. Que están fundidos, es la palabra». Manuel Mosquera intentaba explicar el pasado lunes en PTV Córdoba el estado físico y emocional del Córdoba CF en esta recta final de temporada en la que la crisis acumulada de los últimos cuatro meses se está tornando en un vía crucis de difícil resolución. Un sufrimiento que se añade a otros que han acontecido a lo largo de la temporada, tanto individual como colectivamente, y que hacen que también afecten al funcionamiento normal de las piernas. Quizá el problema de este Córdoba CF no sea puramente físico, aunque sí muestra físicamente la raíz psicológica que tiene.

Dos contratiempos anímicos

El Córdoba CF ha tenido en esta campaña dos casos extradeportivos que, en cualquier otro grupo, hubieran afectado de forma mucho más profunda. El primero, el problema legal de Simo Bouzaidi al inicio de temporada. Aquella acusación por violencia de género afectó al jugador claramente, ya que desapareció de las alineaciones iniciales de forma habitual y, de hecho, Germán Crespo llegó a utilizar de forma habitual a Adrián Fuentes como extremo izquierdo. Las defensas de Primera Federación no son las de Segunda RFEF, desde luego, pero también está claro que Simo se vio afectado por aquello y es algo que el grupo, en su momento, debió digerir. El otro caso es más reciente, y es el de Dragisa Gudelj. El episodio de muerte súbita sufrido por el central serbio no es algo que sólo afecte futbolísticamente -que también-, sino que lo hace, asimismo, anímicamente. No todas las cabezas, sobre todo de personas jóvenes -como son muchos de los futbolistas blanquiverdes- asimilan un episodio tan traumático como el experimentado por Gudelj de igual forma y es algo que se ha pasado relativamente por alto. Hay que insistir en que con cualquiera de los dos casos, otros equipos se hubieran visto mucho más afectados de lo que se ha visto este Córdoba CF. Aunque jugadores blanquiverdes sufrieron anímicamente ambos episodios, principalmente, el segundo.

Desigualdad física por necesidad futbolística

También existen esas irregularidades de las que habló Mosquera. Es evidente que Alberto Jiménez, titular en las últimas semanas, no está en las óptimas condiciones que desearía cualquier técnico, aunque su nivel futbolístico exige esa presencia en el campo. El canario llegó a la disciplina blanquiverde tras seis meses de paro y aunque su mejoría ha sido evidente, sigue sin estar en el punto óptimo. José Alonso ha tenido que asumir responsabilidades en las últimas jornadas debido a lo ocurrido con Gudelj y la falta de competición le ha hecho mella. José Manuel Calderón es un ejemplo de futbolista «pasado de vueltas» en lo físico tras ser el único lateral zurdo de la plantilla durante varios meses. Después, Germán Crespo -bastante impermeable a sugerencias exteriores- no quiso ir dando minutos a Ekaitz Jiménez y siguió confiando e insistiendo con el de Paradas -al igual que le ocurrió en otros puestos- en detrimento de la mejora del vasco y a pesar de que el sevillano ya daba claras muestras de tener la gasolina agotada. Ahora, Ekaitz tiene que asumir esa responsabilidad en el lateral a pesar de que aún le cuesta completar los 90 minutos con cierta consistencia física. Sí puede haber una media docena de jugadores que, por diversas circunstancias, no están en el mismo o parecido nivel físico de sus compañeros. Y el equipo, lógicamente, lo nota.

Cambio total de defensa

Era muy habitual, durante meses incluso, ver una zaga en el Córdoba CF conformada por Carlos Puga, Jorge Moreno, Gudelj y Calderón. Todo lo ocurrido en los últimos meses ha hecho mutar a la defensa blanquiverde, que últimamente alinea a José Ruiz, Alberto Jiménez, José Alonso y Ekaitz Jiménez. Carlos Puga sufre los problemas recurrentes de pubis que se añaden a que su futuro estará lejos de El Arcángel. Jorge Moreno no es el de hace un tiempo y lo ocurrido con Dragisa Gudelj y José Manuel Calderón está más que explicado. Por lo tanto, el Córdoba CF está afrontando la recta final de temporada con una defensa completamente diferente con la que inició la campaña y que mantuvo durante, mínimo, un cuatrimestre. Y eso lo paga cualquier equipo.

La caída en la clasificación del Córdoba CF no fue "de golpe".

La caída en la clasificación del Córdoba CF no fue "de golpe". / MIGUEL ÁNGEL CASTRO

En enero, un vestuario nuevo

Otro aspecto que influyó en el rendimiento de este Córdoba CF fue el cambio en el ecosistema del vestuario. Seis jugadores (el 25% del plantel) salieron en enero con respecto a los que iniciaron la temporada en verano. Y tres de ellos -José Cruz, Álex Bernal y Adrián Fuentes- eran componentes del grupo que logró el ascenso a Primera Federación. En su lugar llegaron otros seis. Hasta el 30 de noviembre, el Córdoba CF sumaba 32 puntos en 13 jornadas (a 2,46 puntos por jornada). Desde el 1 de diciembre al 31 de enero, el conjunto blanquiverde hizo ocho puntos en ocho jornadas (a un punto por partido) y en las últimas 12 jornadas ha hecho ocho puntos, promediando 0,66 puntos por encuentro. La caída del Córdoba CF no fue «de golpe» como se ha intentado transmitir. En las semanas previas al mercado invernal y durante este el conjunto blanquiverde dejó claro que no era el mismo. Pero se apeló siempre a su situación en la tabla en aquel momento. Una situación que era fruto de lo «recolectado» en septiembre y octubre, principalmente, y no de lo que sumaba o el juego que se desplegaba en diciembre o enero, con contadas excepciones. A partir de febrero, tercer mes de crisis, se empezó a cuestionar al técnico y desde el club y otros foros se insistía en no mover absolutamente nada.