Diario Córdoba

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LA CONTRACRÓNICA

El Córdoba CF, un líder por dentro y por fuera

El Arcángel se abona a la fiesta para apuntalar el liderato de los blanquiverdes, que ante un notable Linares extienden una época de dominio como anfitriones sin precedentes: 24 victorias en 25 partidos ligueros

Antonio Casas grita ante la grada su gol al Linares abrazado por Simo. Francisco González

A los casi veinte mil que acudieron a El Arcángel a la hora de la sobremesa les traía sin cuidado el Qatar-Ecuador, primer episodio del Mundial más controvertido de todos los tiempos, un acontecimiento del que dicen que paraliza el fútbol en todo el planeta. Pero eso es mentira. El Córdoba CF y el Linares Deportivo honraron el oficio con un partido del que puede salir un spot promocional de un campeonato que se ha desviado de las ideas iniciales de sus creadores en la Federación Española. Equipos arruinados, abandonos, impagos, cambalaches empresariales, estadios vacíos, taquillas escuálidas... Contra eso, esto. El encuentro resultó magnífico. Récord de asistencia en las gradas, desplazamiento masivo de seguidores del Linares -con un comportamiento ejemplar-, talento y tensión en el campo. Un liderato en juego. El espectáculo es eso. Y ganar, claro. El Córdoba volvió a hacerlo, exactamente igual que 24 de las últimas 25 veces que ha jugado partido de Liga ante los suyos. Una era de dominio sin precedentes.

A Germán Crespo no le hace falta convertirse en streamer ni acudir a la Ciudad Deportiva en patinete -sería una temeridad, en todo caso, en la zona del Camino Carbonell- para concentrar el foco de la atención. El granadino ha hecho un Córdoba de autor, un equipo que para crecer tiene que comer de todo. Lo que le gusta y lo que no. Porque, al fin y al cabo, alimenta. Ante el Linares le tocaba rendir cuentas a su gente y a sí mismo. Venía de una pifia de consideración, la mayor que ha cometido -casi la única- desde que Crespo cogió el mando: la eliminación en Copa del Rey ante el Cacereño. Se le notaron las ansias por agradar, por ponerse a la altura de un escenario formidable. En medio de un foro de esa magnitud es imposible quedarse impasible: algunos se estimulan y se sueltan para dar su mejor versión; otros se engarrotan y se parapetan en el resto para que todo pase pronto. Así son el fútbol y la vida. El asunto va de comprometerse. Como hicieron cientos de personas colaborando con la donación de alimentos para los niños saharauis en la tradicional iniciativa -dos décadas ya- de la Peña Cordobamanía.

Recogida de alimentos de la Peña Cordobamanía en El Arcángel. Francisco González

Respeto y honor en El Arcángel

El partido tuvo todos los ingredientes que engrandecen este deporte. Hubo respeto -el himno blanquiverde sonó majestuoso, sin el acompañamiento del griterío que otras hinchadas visitantes desplegaron- y honor a los que ya no están: minuto de silencio en memoria de Rafael Escribano, un referente del fútbol local, y aplausos en el minuto ocho de los aficionados azulillos en recuerdo de Fran Carles, el "eterno capitán" de Linarejos. Y luego, fútbol entre los dos mejores del campeonato. Sin corsés, por las bravas. ¿Para qué esconder nada? El Linares encontró a su héroe en el cordobés Hugo Díaz, un futbolista que ha estado un puñado de veces en la agenda del Córdoba CF por buenas razones: la primera, su probada eficiencia como goleador; la segunda, su filiación cordobesista. Su hermano, Pepe Díaz, es un icono blanquiverde. Estaba en las cabinas de prensa, como comentarista. Quién sabe lo que tuvo que sentir al escuchar a los locutores cómo narraban el gol de su hermano al equipo de sus amores.

Los dos equipos se saludan ante una Preferencia en la que convivieron las aficiones de Linares y Córdoba CF. Francisco González

El Córdoba se retiró a los vestuarios con el marcador en contra, una sensación desacostumbrada. Un motivo de depresión para muchos. No para los blanquiverdes, que regresaron con una ambición multiplicada. Empató Willy Ledesma, que celebró con ojos de loco, corriendo directamente hacia el banquillo para estrujar a su entrenador con un abrazo que se hizo colectivo en pocos instantes. Crespo quitó a De las Cuevas para meter a Antonio Casas, que se presentó como un tigre recién salido de la jaula. El rambleño se peleó con todo el que se le cruzó en el camino y marcó un 2-1 que hizo explotar el estadio.

Muchos no olvidarán el día en el que arrancó el Mundial de Qatar. Lo vivieron en El Arcángel, con el Córdoba. Ante acontecimientos de este porte, unos se acuerdan de los buenos tiempos en Segunda, cuando el equipo era candidato con fundamento y hasta ascendía a Primera. A otros les vienen a la memoria esos duelos en campeonatos abisales en los que el Tamaraceite o el Coria eran llamados "rivales directos". Está bien que así sea. En la grada hubo jolgorio y en el palco sonrisas, miradas cómplices y suspiros de alivio porque el plan deportivo supera lo previsto y se acerca a lo soñado.

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