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El Córdoba CF, más que un once: el valor de un equipo

Germán Crespo ha avanzado durante la pretemporada en su plan de convertir a la blanquiverde en una escuadra versátil y con recursos para aguantar los rigores de una exigente Primera RFEF | El entrenador granadino ajusta las piezas a falta de un solo ensayo estival, en Badajoz

Equipo titular del Córdoba CF en el Trofeo de Pozoblanco. Antonio Jesús Dueñas

Durante las pretemporadas es normal, lógico y sano que todos los equipos sientan que son capaces de alcanzar los objetivos que se proponen. Abundan las declaraciones de intenciones algo sobredimensionadas, que se van matizando a medida que se acerca la hora de pelear por el sustento: los puntos de la competición. Y a poco del arranque -el sábado 27, en El Arcángel, ante el Unionistas de Salamanca-, el Córdoba CF anda apretando tuercas para que las sensaciones acumuladas durante el verano -unidas a la inercia positiva del ascenso- se transformen en marcadores favorables. Mientras en otros clubs andan aún remendando la plantilla o tapando agujeros económicos a toda prisa, en El Arcángel se vive una etapa de inusual estabilidad. Seguramente es el verano más plácido del último lustro. Los planes le están saliendo y la entidad -y todo su entorno- se han revitalizado ante la percepción de una realidad nueva. Al Córdoba ya no le observan con conmiseración, sino con respeto y un punto de envidia. 

En los ocho partidos de pretemporada disputados hasta ahora -le queda uno, el sábado en Badajoz-, Germán Crespo ha explorado sistemas y opciones en un plantel reforzado con nueve incorporaciones. El ensamblaje ha sido notable. "A día de hoy tengo mil dudas en el posible once que pueda jugar el primer partido", admitió el técnico granadino después de la victoria en el Trofeo Ciudad de Pozoblanco. "Lo fácil sería tenerlo claro, pero si tenemos dudas es porque todo el mundo está trabajando bien", expresó. Sabe que la capacidad de competir del Córdoba CF en la Primera RFEF tendrá que ir más allá de un once tipo con presencias imprescindibles. Le hará falta un grupo enchufado, capaz de resistir las rotaciones sin mermar el nivel. Y ahí se han dejado notar los pasos.

La competencia interior

Hay futbolistas importantes, pero pocos imprescindibles. El sueño recurrente de cualquier técnico es poder emplear dos onces distintos con similar rendimiento y el Córdoba CF puede andar cerca de esa sensación tras los cambios en los últimos meses. Juanito, el director deportivo, ha sido de los primeros en cerrar la plantilla. Se le cayeron algunos pretendidos -el mercado ahora es más feroz y los blanquiverdes tienen competencia, no como el curso pasado- pero ha reclutado a jugadores con buen recorrido y en un momento especial de sus carreras. 

En verano han jugado todos -excepto el lateral Ekaitz Jiménez, que sigue recuperándose de su lesión- y la competencia es enorme. Desde la portería -Carlos Marín y Felipe Ramos se han alternado y pugnarán por la titularidad- hasta la punta, donde a la dupla de Antonio Casas y Willy Ledesma se ha sumado un Sergio Benito hambriento, además de extremos con llegada como Carracedo, Cedric Teguia o Kike Márquez. Simo, De las Cuevas y Adrián Fuentes, todos por encima de la decena de goles el año pasado, tienen compañía de calidad.

Los sub-23 Jorge Moreno y Calderón, central y lateral izquierdo, han sido las novedades de más impacto en la defensa, en la que la ausencia prolongada de Ekaitz -no estará para el inicio de Liga, pero se le espera- se ha suplido con la irrupción del lucentino Manuel Ortiz 'Manolillo', uno de los que más minutos ha disputado. Gudelj sí parece tener galones de fijo. José Cruz, José Ruiz y José Alonso pondrán el toque experto, con los dinámicos Calderón y Puga en los carriles.

Los fichajes se acoplan

La dinámica de cambios permanentes en los partidos de ensayo no permite sacar conclusiones definitivas, pero sí aporta una certeza: los recién llegados se han integrado y aportan. Atrás, el lateral Calderón entró más tarde -por lesión- y el central Jorge Moreno ha hecho buen dúo con Gudelj; Bueno, con margen de mejora, y un Diarra que actúa con aplomo e inteligencia han multiplicado el valor de la media; en la punta, Carracedo, Kike Márquez, Cedric y Sergio Benito ya han hecho sus goles y asistencias. Además, los integrados del filial han mostrado algo más que compromiso: Manolillo y Christian Delgado llaman a la puerta.

Los goles repartidos

Germán Crespo quiere acción directa. En Pozoblanco -y en otras citas anteriores- echó de menos más resolución en la zona de ataque. "Hemos ido buscando la exquisitez y hay que ser más contundentes. Lo hemos hablado, cuando llegamos al borde del área tenemos que finalizar las ocasiones en disparos, no que se quede en pases y que nos puedan coger a la contra", subrayó tajante. Su equipo ha marcado en todos los encuentros de pretemporada, a una media de casi dos (15 en ocho partidos). Germán quiere más. Antonio Casas (3) sigue siendo el rey del área, con dos tantos para Simo, Sergio Benito y Cedric, y uno para Diarra, De las Cuevas, Kike Márquez, José Ruiz, Christian Delgado y Álex Bernal.

Aprender desde la victoria

Seis triunfos en ocho partidos. El Córdoba CF se ha hecho adicto a los marcadores positivos. Esa sensación favorece la cohesión del grupo, que ve refrendado su trabajo y no contempla los encuentros como un problema sino como una oportunidad. Los blanquiverdes han ganado a equipos de Primera (1-2 al Almería), de Segunda (1-0 al Granada), de Primera RFEF (1-3 al Linares y 3-2 al Mérida), de Segunda RFEF (0-2 al Xerez DFC) y de Tercera RFEF (1-2 al Pozoblanco). Empataron ante el Villarreal B (1-1) y solo cedieron en la Ciudad Deportiva del Sevilla, ante el filial hispalense (2-1).

Los jugadores cordobesistas celebran el gol de Bernal en Pozoblanco. Antonio Jesús Dueñas

Estilo y mentalidad

El Córdoba CF conserva su sello ofensivo, aunque con modificaciones de alcance. El salto de división no le permitirá dominar los partidos del modo en que lo hizo en Segunda RFEF, donde su caudal atacante era imparable para los adversarios y le permitía, incluso, reparar alguna pifia puntual para terminar remontando. Las precauciones defensivas se elevan, pero al estilo de Germán Crespo. De momento, ni hay cerrojazo ni se le espera. Se trata de entorpecer las acciones del rival desde la presión arriba, buscando el robo para armar un ataque. El granadino quiere un equipo que sea una amenaza constante, con una variedad de armas a las que añade -ya se ha visto durante la pretemporada- una cada vez más pulida libreta de acciones de estrategia.

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