A Germán Crespo se le quedó un regusto amargo dentro de su estado general de felicidad, el habitual desde que tomó las riendas del Córdoba CF y empezó a labrar récords de victorias. La última ha sido en Riffa, a más de siete mil kilómetros de El Arcángel, y es sin duda la más singular de su etapa en el banquillo blanquiverde. 

"Hemos salido muy bien en los primeros minutos, generando ocasiones como ese uno contra uno que tuvo Casas. Creo que en los primeros veinte minutos hemos estado muy bien, pero a partir de ahí nos hemos relajado un poco", admitió el granadino a propósito del duelo ante el Al-Khalidiya, que no pudo superarles y terminó sucumbiendo por 1-3. "A este tipo de partidos, como habíamos hablado antes, no se le puede meter la misma intensidad que si fuera de competición, porque tienes otro en tres días y queríamos evitar lesiones", expresó. Y ahí reside su mayor pesar, ya que se marcharon con molestias el meta Felipe Ramos y los jugadores José Alonso y Carlos Puga.

Crespo subraya que el césped del Estadio Nacional de Baréin "estaba muy pesado, costaba en la zancada y hubo resbalones peligrosos". El primero en salir del partido fue Felipe Ramos, que "ha recibido un golpe en una costilla y parece que es solo eso, que le costaba respirar, no sabemos si cuando se enfríe estará peor; en principio no hay fisura ni nada". En el caso de José Alonso, "venía con sobrecarga de abductores y corría riesgo por el estado del campo, aunque no parece grave", como tampoco el de Carlos Puga.

"Hemos hecho tres goles, hemos generado muchas ocasiones, y me voy contento porque hemos competido bien y nos llevamos una victoria", resalta Crespo, quien apunta que este sábado habrá "descanso" para abordar con mejor disposición el partido del lunes ante el Al-Riffa en el mismo escenario. "Afrontaremos el siguiente partido con la misma idea, conseguir la victoria y que la gente llegue lo mejor posible a la vuelta", zanja el técnico cordobesista.