Un banquete festivo, después de un largo tiempo sin mucho que celebrar, unía a la familia Stark. Ned, el Señor de Invernalia, se alejó del bullicio con cierto aire de preocupación. La visita de su viejo amigo Robert Baratheon le trajo el ofrecimiento de convertirse en su fiel consejero, la llamada Mano del Rey. Pero el patriarca del Norte no las tenía todas consigo. Los fantasmas del pasado atemorizaban el presente, una circunstancia que su hermano Benjen -perteneciente a la Guardia de la Noche- le quiso hacer ver. Winter is coming -se acerca el invierno- pronunciaron prácticamente al unísono mientras el resto del mundo parecía vivir al margen del peligro que acechaba.

El frío quedó disipado por el empuje de la grada

La afamada serie Juego de Tronos dejó momentos imborrables para todos aquellos seguidores del Córdoba CF que, ni cortos ni perezosos, incluyeron ciertas expresiones en su día a día. El sentido épico del lema expuesto con anterioridad iba referido a los presagios -para nada halagüeños- que los norteños tenian con la presumible aparición de los Caminantes Blancos y la posible caída a los infiernos de los mortales. Sin embargo, ese significado tan trascendental se adecuó a la vida real como un mero síntoma de que empieza a hacer frío. Vaya, que ya es hora de coger el abrigo si uno quiere salir a la calle sin sufrir en demasía.

El Arcángel fue una fiel muestra de todo ese cambio brusco de temperatura que azota a la provincia de Córdoba en los últimos días. De estar en manga corta y "sofocarse" relativamente al sol se pasó, en un simple pestañeo, a una jornada gélida donde se vieron las primeras bufandas y guantes protegiendo a los aficionados cordobesistas. Los padres, sobre todo, pretendían que los más pequeños de la familia no cogieran un costipado a las primeras de cambio. Y es que, si nunca ha visitado el feudo ribereño, haría bien en saber que está situado muy cerca del río Guadalquivir y que el frío es de los que se meten en los huesos hasta imposibilitarte prácticamente la movilidad de los dedos -que se lo digan a los pobres redactores que deben pegar teclazos tras frotarse una y otra vez las manos para hallar algo de calor-.

La hinchada extremeña, también acostumbrada a apretar los puños cuando el termómetro iba cuesta abajo y sin frenos, llegó envalentonada a la ciudad de la Mezquita -y con algún que otro más activo hasta el punto de llevárselo la seguridad-. El buen camino emprendido por los pupilos de Juan Marrero les hizo despuntar en la tabla clasificatoria. El míster valenciano, mientras tanto, no dejaba de saludar a viejos conocidos después de su estrambótica experiencia al frente del filial. Eso sí, ante todo, las amistades gestada en un año de órdago motivaron su ligera sonrisa en los prolegómenos del envite.

Los aficionados galardonaron el fondo con una pancarta alusiva a la serie 'El Juego del Calamar'. Manuel Murillo

Luz verde, luz roja

Otro esperado regreso se produjo en la banda, ya que Koki, la mascota del club cordobés, estuvo en las instalaciones departiendo con diestro y siniestro en torno a lo que allí acontecía. El afamado caimán, que ya se había dejado caer por el Palacio Municipal de los Deportes de Vista Alegre, se dejó querer y perdió -literalmente- la cabeza al dar una voltereta en el perfecto césped. Mientras tanto, el Fondo Sur desplegaba un tifo con otro ambiente seriéfilo: "Luz verde, animen a su equipo", advertía el lema junto a una dibujo de la muñeca que tanto miedo causó en El Juego del Calamar.

El susto después del gol de Gabri para los pacenses dio paso a una auténtica fiesta que quitó el mal sabor de boca a todos los presentes. Willy Ledesma y, por encima del resto, Miguel de las Cuevas, levantaron a una plantilla que volvió a sellar otro encuentro con un más tres en el casillero. Ahí estaba otra vez el Fondo de animación para variar el mensaje inicial. Ahora era la "luz roja" la que impedía abandonar el recinto. ¿El premio? Arropar como siempre a los jugadores que tantas alegrías están deparando en la actualidad.

Sí, se acerca el invierno. Ese periodo tan defenestrado por muchos y tan querido por otros. Pese a ello, todo queda en un segundo plano cuando el Córdoba combate en casa. Ahí, el calor y la pasión siguen reinando como si nada. Es el poder que genera el equipo con los mejores registros existentes.