A Germán Crespo se le escapaba una sonrisa cuando Miguel De las Cuevas (Alicante, 1986) corría enfebrecido hacia la banda para celebrar el gol, en el minuto 54, que firmaba la remontada del Córdoba CF ante el entusiasta Montijo, que se había adelantado. Un rato después repitió escena para jolgorio de El Arcángel y tormento de un adversario que, por entonces, estaba ya resignado a cumplir su papel. Una derrota digna le parecía ya una buena opción ante un líder desatado, que pudo haber consumado un tanteo escandaloso.

El alicantino apareció en el inicio de la segunda parte, saliendo desde el banquillo en sustitución de Luismi Redondo. Llevaba muchas semanas viéndolo desde la grada. Esta vez le tocó salir y lo hizo de una manera impactante. El liderazgo del 10 se dejó sentir. Su presencia lo cambió todo. 

Al técnico granadino del Córdoba no le hace falta explicarle demasiado. De las Cuevas ya sabe lo que se espera de él en este equipo, en el que ha vivido de todo. Ahora le toca ejercer el papel de capitán en todas sus facetas. Una de ellas es resolver problemas en el campo. Y fue exactamente lo que hizo batiendo con un disparo cruzado, tras burlar a sus defensores, al meta ucraniano Fedotov. Le dio la vuelta a la situación, escuchó los vítores desde la grada y anotó dos dianas más en su casillero particular. El segundo fue de cabeza, elevándose sobre sus adversarios con suficiencia. El Arcángel estalló con la lección de esforzada eficacia de su líder. Regresó del mismo modo en que se fue -o lo sacaron las lesiones, sería más exacto-, marcando. 

Miguel De las Cuevas, feliz tras el primer gol del Córdoba CF ante el Montijo. Manuel Murillo

De las Cuevas, en su cuarta temporada en El Arcángel -tiene contrato hasta 2022-, ha encontrado bajo la guía de Germán Crespo su lugar ideal en el momento justo. El granadino le mantuvo como una pieza referencial en el once cuando llegó al cargo al final de la temporada pasada en sustitución del atribulado Pablo Alfaro. El grupo estaba ya destrozado en todos los sentidos, pero el alicantino fue capaz de terminar con la cabeza levantada. Firmó cuatro goles en tres partidos: uno al Tamaraceite (1-1), dos a la Balona (0-5) y otro al Cádiz B (2-1). En verano se especuló con su salida, pero terminó prolongando su vínculo dentro de un cuarteto compuesto por Javi Flores, Bernardo Cruz, Willy Ledesma y él mismo.

Ya lleva siete en Liga

El idilio con el gol continuó en el arranque de la Segunda RFEF. En Chapín, ante el Xerez Deportivo FC, contribuyó con el primer triplete como cordobesista -y también de su carrera profesional- al apabullante 1-5 que puso al Córdoba CF como líder del grupo 4. En la segunda jornada, la del estreno en El Arcángel, volvió a anotar ante el Cádiz B (3-1). Por entonces, había perforado la meta rival en todos los partidos desde que llegó Crespo. Sin embargo, su buen momento se vio frenado en territorio extremeño cuando los cordobeses visitaron al CD Coria. A partir de ese 19 de septiembre, De las Cuevas estuvo cerca de un mes de baja por problemas musculares.

Su vuelta en la sexta cita del calendario con la UD San Fernando trajo consigo otro gol más -su quinto-, pero otro quebradero de cabeza para Crespo porque se resintió de la lesión y tuvo que retirarse en el descanso. En la última salida a San Roque, De las Cuevas entró en la lista de 20 jugadores y fue descartado en el último momento junto al lateral Tala. Este fin de semana volvió a ser incluido en la citación. Empezó en el banquillo, salió en el segundo tiempo y marcó dos goles. Otra gran noche.

Miguel De las Cuevas comparte la celebración con los aficionados al final del partido. Manuel Murillo