Tras el triunfo, celebración múltiple. Fue el día ideal para Javi Flores, que al final del encuentro ante el San Fernando aún tuvo tiempo para nuevas emociones. El consejero delegado del Córdoba, Javier González Calvo, le entregó una camiseta conmemorativa de sus 200 partidos oficiales defendiendo el escudo blanquiverde. Entró en la entidad con seis años y regresó con una misión: ascender al fútbol profesional al equipo de su vida. Está en ello. La hinchada le reconoce como uno de los suyos, un jugador que ha pasado alegrías y calamidades sin torcer jamás el gesto. Pocos como él entienden la esencia del Córdoba.

Javi Flores debutó con el Córdoba CF el 28 de agosto del 2005, en El Arcángel, en el encuentro de la primera jornada de Liga que enfrentaba a los blanquiverdes al Villanueva, en un derbi provincial del grupo 4 de Segunda División B. Fue el primer compromiso después del Cincuentenariazo, un doloroso descenso de Segunda en un curso en el que se festejaba -es un decir- el medio siglo de vida. Estuvo en una primera etapa desde esa fecha hasta junio del 2011, cuando tuvo que salir con el cambio de propiedad y la salida de muchos futbolistas que estaban entonces con contrato. Ocho años estuvo lejos de Córdoba el de Fátima, que jugó en el Getafe B, Hércules, Murcia y, sobre todo el Elche, con el que logró dos ascensos: uno a Primera División y otro a Segunda A.

En el 2019 regresó a El Arcángel para seguir sumando partidos y ayudar al regreso del Córdoba CF al fútbol profesional. Y a marcar hitos como el que cumplió sobre el terreno de juego del Municipal de La Línea, donde llegó a las dos centenas de partidos oficiales.

Este domingo, después del partido ante el San Fernando, recibió el aplauso del estadio después de enraizarse aún con más fuerza en la historia blanquiverde. Es el futbolista en activo con más partidos disputados y aún quiere seguir. Al menos, hasta celebrar el ascenso en Las Tendillas.

"He disfrutado viendo el ambiente"

Flores compareció al final del partido en la sala de prensa. Palmadas en la espalda, palabras amables... Era lo que tocaba. "Un día que me llevo para mi recuerdo. He disfrutado en el campo, he disfrutado cuando me han sustituido viendo el ambiente", relataba el de Fátima, tan feliz como puede estarlo alguien a quien le regalan un homenaje en su casa. "Le doy las gracias al club por tener el detalle de la camiseta, por dejar que mi familia pueda disfrutar conmigo. En estos años he sufrido y me he divertido mucho", admitió.

El cordobés está viviendo una etapa de bonanza deportiva en la formación blanquiverde. "Estamos haciendo un juego muy bueno, muy vistoso, llevando desde atrás el balón arriba y aunque arriba tenemos dinamita, desde atrás se facilitan mucho las cosas", contó a los medios. "Aquí en casa, un campo grande, con un buen césped y con un ambiente de la leche, donde te llevan y te empujan, pues la verdad es que a los equipos se les hace largo hasta ahora", añadió.

"Por ponernos un pero, intentar corregir goles que son evitables. Casi todos los partidos, cuando nos han hecho goles, hemos reaccionado bien y nos hemos puesto por delante. Debemos intentar evitar goles tontos como el de hoy. Ahora mismo están entrando, el día que no entren y solo nos entre una, esperemos que también nos valga para sumar los tres puntos", manifestó en tono de autocrítica.

Flores admitió haber experimentado, a lo largo de sus doscientos partidos, "muchas sensaciones, unas buenas y otras no tan buenas, pero esto es fútbol". "Cuando uno lleva tanto tiempo no todo va a ser positivo", dijo. "Recuerdo con mucho orgullo el partido de Huesca aquí en casa 2-0, un partido que nos puso cerca de la Segunda División, a la que volvimos y pusimos al equipo en el fútbol profesional", relató ante los periodistas. "Ahora estoy centrado en el presente", zanjó, evitando hacer castillo en el aire cuando le preguntaron por un hipotético ascenso. "Estamos en la jornada 6, sería una auténtica burrada pensar en cuándo… Llegarán los momentos malos, no todo va a ser de dulce ni tan bonito como hasta ahora. Cuando lleguen momentos no tan buenos es cuando los jugadores y el cuerpo técnico tenemos que hacernos fuertes y la gente de fuera que se haga fuerte con nosotros", recomendó, porque "en el fútbol, sacar pecho es lo peor que hay".