El fútbol le vuelve a sonreír a Julio Iglesias. El centrocampista del Córdoba CF dispuso, once meses después, de minutos sobre el verde en un encuentro oficial. El míster Germán Crespo, transcurrido el 83 del compromiso celebrado en Coria, en la jornada 3 del campeonato de Liga en el Grupo 4 de la Segunda RFEF, decidió darle la opción ocupando el puesto de Álex Bernal. Los cordobesistas, que en ese instante vencían por 0-2, terminaron marcando el tercero tras una fugaz contra comandada por Simo Bouzaidi y que terminó con el rambleño Antonio Casas empujando el balón a la red. Uno de los más felices fue, sin duda, un gaditano que apretaba los puños después del calvario vivido por una lesión en su tobillo izquierdo.

Una pretemporada que le catapultó al primer equipo

Iglesias arribó a la entidad cordobesa en el verano de 2020 procedente de la cantera del Real Betis Balompié. El joven de 21 años había tenido una fructífera cesión en la AD Ceuta FC de Tercera División, equipo donde jugó un total de 19 partidos entre Liga y Copa del Rey. No obstante, decidió salir de Heliópolis y el director deportivo, Juan Gutiérrez Juanito, lo incorporó para el filial. Esa idea inicial acabó siendo desechada, ya que el técnico del primer plantel, Juan Sabas, le concedió peso a lo largo de la pretemporada y en los primeros choques ligueros en la Segunda División B.

Su calidad en la línea de medios y visión de juego contentaron al preparador madrileño. De hecho, en el debut liguero ante el CF Lorca Deportiva, Sabas le hizo saltar al campo en el 52. Dicho compromiso lo venció el Córdoba por 1-0 merced al tanto de Federico Piovaccari. Una semana más tarde, en Yecla, también el italiano fue el autor de uno de los tres goles que sellaron la victoria -Mario Ortiz y Willy Ledesma completaron el 1-3 final-. El de Arcos de la Frontera, en la recta final, tuvo protagonismo en el Municipal La Constitución.

El duro parón por su lesión en el tobillo

El prometedor arranque de Iglesias, pese a ello, se vio truncado por problemas físicos. La mala fortuna se ciñó sobre él durante la sesión de recuperación tras el envite en la región murciana. Un esguince de grado 3 en su tobillo izquierdo le obligó a pasar por el quirófano en octubre. Dicha circunstancia, aunque retornó a los entrenos en febrero de 2021 estableciendo un ritmo pausado, impidió que formara nuevamente en toda la temporada en algún partido oficial ni en el primer equipo ni en el filial.

El 19 de julio, coincidiendo con el inicio de la pretemporada de la 2021-22, el futbolista presentó una evidente mejoría en El Arcángel. Sin embargo, las dudas estaban encima de la mesa, por lo que no se quiso forzar en las primeras semanas de preparación. Poco a poco engrosó la labor grupal e, incluso, participó en amistosos -como por ejemplo con el Extremadura de rival- defendiendo la elástica blanquiverde. Porque lo que sí quedó claro, según quedó ratificado por el propio Juanito, es que sería parte del primer equipo aunque tuviera ficha del filial.

Ausente en las dos convocatorias de las primeras jornadas de la Liga 21-22 frente al Xerez Deportivo FC y el Cádiz CF B, Iglesias recuperó ese cosquilleo inexplicable al ser citado para desplazarse al Campo Municipal La Isla. Allí, en Coria, escribió una página de su historia, esa donde la fuerza de voluntad y la paciencia le ayudaron a sentirse otra vez jugador.