Una sonrisa, un bufido y a seguir. El Córdoba CF cumplió todos los pasos clásicos en un partido de este tipo. Todo el mundo acude con una fabulación en la mente -¿a quién se puede culpar por ello?- y los protagonistas no pueden evitar que les asalte la duda sobre si serán capaces de responder a esas apetencias. En este caso, además, multiplicadas por el hecho excepcional del retorno de los aficionados. Fútbol de verdad, vamos. Con todos sus aliños. Y ahí estuvo el Córdoba, que logró su propósito final tras transitar por un camino en el que hubo inquietud, desgracias -el error del gol cadista, el penalti marrado por De las Cuevas- y tendencias variadas en el auditorio, cuya banda sonora estuvo entre el runrún y los olés. 

Jugar en El Arcángel es así. Siempre lo fue. Las emociones salen a flor de piel. Para bien o para mal. Para los que se estimulan o se encogen con la presión de sentirse analizados por unos aficionados que esperan muchísimo. Pongamos las cosas claras: esto va de no parar de sumar. No hay mayor belleza que una victoria, tres puntos y una tachadura en un calendario repleto de adversarios que, salvo excepciones, saldrán a lucirse delante de los blanquiverdes. 

Para la mayor parte de quienes visiten El Arcángel, jornaleros del balón o chavales en busca de un porvenir, no es frecuente actuar ante miles de espectadores y televisiones en directo. Es un gran escaparate. Si pierden el partido, siempre tendrán una buena excusa. El Córdoba nunca encontrará una medio convincente si comete una pifia. Su misión comporta una obligación: la de resolver los problemas que se pueda crear. Ante el Cádiz B pudo meterse en un lío, pero supo desenredar la madeja a tiempo para salir triunfante. Marcó De las Cuevas -desde que llegó Crespo no para de anotar-, remató Adrián Fuentes y el Cádiz B claudicó. Su destino se lo escribió el Córdoba. Ser protagonista es también esto: manejar el propio destino y el de los demás.

El personal se marchó mayormente contento. Aliviado. Porque la gente no vuelve al estadio para examinar lo bueno que es el Córdoba, sino a verle ganar. Y si después de los tres puntos, hay propina, pues fenomenal. La semana que viene, más.