El Córdoba CF recibirá el próximo jueves en El Arcángel al Extremadura a las 21.30 horas en el que será el sexto ensayo veraniego de los blanquiverdes, que hasta ahora están marchando un nivel ilusionante de cara a la temporada 21-22, en la que tienen como objetivo el ascenso directo. El conjunto de Almendralejo competirá el próximo curso en la Primera RFEF después de un periodo de incertidumbre que duró hasta el último momento. El club salvó un match-ball y podrá iniciar el campeonato a partir del próximo 28 de agosto. La Federación Española de Fútbol mantendrá en su plaza al club azulgrana tras solicitar al juzgado toda la documentación para acreditar que la inscripción del Extremadura fuera posible. La jueza encargada del caso confirmó esa viabilidad y ordenó al ente federativo que formalizara la inscripción. El siguiente paso ahora será desbloquear la llegada del dinero del grupo inversor para inscribir a los futbolistas. Entre ellos, como capitán y portavoz, está el cordobés Fran Cruz, que vuelve a El Arcángel.

El partido del jueves supondrá, también, el reencuentro de Willy Ledesma no solo con el equipo de su vida, de su tierra, sino también con el club del que es uno de sus ídolos. El de Torremejía abandonó el Francisco de la Hera en enero del 2020 camino de El Arcángel y entonces, a pesar de no estar disfrutando de muchos minutos en aquella campaña, hubo muchas voces entre la afición que pedían que no se le abriera la puerta al hoy delantero del Córdoba CF.

El cariño de la afición azulgrana por Willy Ledesma está más que justificado, más allá de ser un futbolista de la tierra. El pichichi blanquiverde de la pasada campaña era el único jugador que había jugado en los dos Extremadura, el actual y su antecesor, que desapareció en el 2010 y en el que debutó con tan solo 17 años a las órdenes de otro nombre mítico del cordobesismo: Iosu Ortuondo.

Entonces, Willy Ledesma inició un periplo de más de un lustro que llevó, primero, al Betis Deportivo, y después, a clubs de su tierra como el Villanovense o el Arroyo para regresar al nuevo Extremadura, el actual, situado en Tercera División. El de Torremejía se convirtió en héroe del ascenso a Segunda División B, en el 2016, tras lograr el doblete que daba el triunfo definitivo a los azulgranas ante el Conquense. Los éxitos continuaron, ya que dos temporadas después también era protagonista en un nuevo ascenso, en esta ocasión, al fútbol profesional.

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En la 17-18, Willy igualaba los registros goleadores de la anterior campaña, nueve tantos, aunque en algo más de 1.800 minutos y con competencia en el puesto como Enric Gallego o el exblanquiverde Airam Cabrera, lo que llevaba a los extremos hasta Segunda División A. A partir de ahí perdió protagonismo en el equipo, aunque no entre la afición, que lo encumbró ya por méritos propios como un hombre vital para que el fútbol de Almendralejo volviera a hablar en plata. Menos de 1.000 minutos en Segunda A, solo seis titularidades con cuatro entrenadores diferentes dejaron la temporada 18-19 como la más gris de Willy Ledesma en el Extremadura, por lo que en la 19-20, tras unos primeros meses en los que su sino no cambiaba y en los que además el club necesitaba reforzar el plantel para intentar evitar el descenso, obligó a la salida de Willy a Córdoba, en donde poco a poco se ha ganado un hueco en el equipo y entre las predilecciones de los aficionados.

El Extremadura no logró mantenerse, cayó a Segunda B y, al contrario que el Córdoba CF, evitó males mayores metiéndose la pasada temporada en la Primera RFEF, derecho que finalmente ha rubricado hace solo unos días tras no pocas dificultades. Ahora, Willy Ledesma se reencuentra este jueves con el equipo de su vida, que atraviesa prácticamente los mismos problemas que hace más de una década.