Con mascarillas en la cara, el carné en la mano y la ilusión en sus corazones de que todo irá a mejor para el Córdoba CF. Y, en consecuencia, para ellos. Debe ser así. El cordobesismo se reconoció en la grada de El Arcángel, donde vio a los suyos disputar su primer amistoso de la pretemporada frente al Linares. Los suyos son ahora otros. Quedan pocos del pasado reciente, pero selectos. Javi Flores, Bernardo, Miguel de las Cuevas y Willy estaban allí, con sus galones bien puestos y su desafío compartido de sacar al Córdoba del cenagal de la Segunda RFEF, la cuarta división del país. El aluvión de fichajes ha sido considerable. Ni siquiera los seguidores más frikis son capaces de reconocer, a día de hoy, a los futbolistas que lucirán la blanquiverde en el curso 21-22. Tiempo al tiempo, que será poco. La semana que viene volverán a jugar en el mismo sitio y a la misma hora contra el Marbella.

En la megafonía del estadio sonó el Football's coming home, uno de los mejores himnos futbolísticos -fue para la Eurocopa de Inglaterra en 1996- que se hayan creado. Venía a cuento por la sensación de novedad que se respiraba en el ambiente. Después de muchos meses de gradas vacías, los seguidores pueden reencontrarse con su pasión, que como bien se sabe, en el caso del cordobesista es infinita. Como su paciencia y su capacidad de regeneración de ánimo. Resisten cualquier calamidad y se regodean en las desgracias, que son un reto. 

Nadie se acuerda de partidos de hace dos años, pero sí tienen muy presentes las gestas que hace más de tres décadas protagonizaron en Tercera División futbolistas que sacaron del hoyo al club. Los actuales están llamados a hacer lo mismo. Las nuevas generaciones quieren su 9-0 al Brenes y su viaje a Valdepeñas, momentos que se grabaron en la memoria de los cordobesistas veteranos.

19

Las imágenes del regreso del público al Arcángel Manuel Murillo

Hubo colas en la puerta de entrada, que se soportaron con el raro placer que las molestias causan en el hincha. Da igual que haga calor o que los asientos tengan polvo o algo más. El fútbol vuelve. Y se parece cada vez más al de antes. No pueden ir todos los que quieren -el duelo era exclusivo para abonados, solo mil de los más de cinco mil que van ya apuntados-, pero ya hay otras sensaciones. Se canta el himno, se aplaude, se jalea y se protesta, como mandan los cánones. El personal iba con ganas y se notó. Aunque sea aún con la cara tapada y aunque su equipo no gane el partido. En verano, el resultado es lo de menos. Eso se suele decir y a estas alturas, la verdad, nadie tiene demasiado interés en debatir sobre eso. "Se han visto cositas", apuntaban los expertos. Pues eso. Que se vayan viendo.