Los días avanzan y la preparación continúa para el Córdoba CF. El grupo que lidera Germán Crespo está prácticamente cerrado, pero no totalmente. Se prevén movimientos de entradas y salidas. Entre el nutrido grupo de jugadores que trabajan a las órdenes del granadino destaca la presencia de jóvenes valores del filial y, además, otros cuyo futuro dentro del club no parecía del todo claro. El ejemplo de dicha situación la protagoniza Djak Traoré.

El potente mediocentro se ejercita para buscar su mejor versión y ayudar al Córdoba CF, en el que todo apunta a que seguirá después de que durante los meses de verano se especulara con su salida. Traoré, en plenitud, puede ser un futbolista capaz de marcar diferencias. Sin embargo, en El Arcángel no ha conseguido mostrar el perfil por el que la dirección deportiva apostó en su día por él con insistencia.

Un curso marcado por las lesiones y la polémica

Djak Traoré atraviesa un momento crucial de su carrera, que se ha visto frenada por las lesiones y por la espiral negativa que supuso un campeonato saldado con descenso. El los primeros días de vuelta al verde, el centrocampista encontró en el doctor Bretones o en su compañero Julio Iglesias conversaciones de apoyo. Y es que, a priori, las puertas para el de Costa de Marfil está abiertas si decide abandonar el conjunto cordobesista. Es más, tanto el Córdoba como el representante del futbolista habrían ofrecido sus servicios al Betis Deportivo, escuadra que militará en la Primera RFEF. Mientras se decide su futuro, el africano intenta ponerse a punto físicamente, algo que no logró el verano anterior.

Traoré arribó al bando cordobés el pasado curso procedente del CD Badajoz. Con los extremeños fue de menos a más, sobre todo limitado por su principal rémora: las lesiones. En los meses de 2019 solo sumó seis minutos en Liga, aunque su buen hacer en la Copa del Rey -donde lo jugó todo ante el Amorebieta, Las Palmas, Eibar y Granada- le otorgó cierta continuidad liguera antes del parón deportivo provocado por el coronavirus. Los blanquinegros, que pelearon por subir a Segunda División, no dispusieron de sus servicios debido a los citados problemas musculares.

Bajo ese horizonte firmó por el Córdoba, pero Juan Sabas no pudo alinearlo hasta la tercera jornada contra el UCAM Murcia en El Arcángel (0-0). Fue uno de los 15 envites que jugó como blanquiverde para atesorar un total de 721 minutos entre Liga y Copa. Al igual que ocurriera en Extremadura, la competición copera le concedió la oportunidad de hacerse un hueco -Albacete, Getafe y Real Sociedad-. Pese a ello, la irrupción de Alberto del Moral y los problemas extradeportivos lastraron su devenir. El club, tras la derrota por 1-2 frente al Sevilla Atlético, decidió abrirle un expediente sancionador al portar la sudadera rojiblanca por las calles de la ciudad. El “error”, como reconoció en sus redes, no pasó de ahí y pidió disculpas a todos los aficionados que se sintieron ofendidos.

En el estadio ribereño, con el Betis Deportivo de rival, sufrió una lesión en el ligamento interno de la rodilla izquierda que le condicionó notoriamente. Los béticos celebraban el pase a la Primera RFEF -y a la lucha por el ascenso a la Segunda División- mientras que los locales debían conformarse por luchar por no desplomarse a la futura Segunda RFEF, lo que no consiguieron. Bajo el mando de Crespo, en La Línea de la Concepción, aportó su último servicio al Córdoba en el 0-5 que de nada sirvió finalmente.

A sus 26 años, Traoré sigue en el Córdoba, una escala más de su trayectoria deportiva después de pasar por la cantera del Espanyol y Real Madrid, el Olot, el Recreativo de Huelva, el Sevilla Atlético y el Badajoz. El costamarfileño continúa persiguiendo un destino laboral estable después de una trayectoria futbolística repleta de escalas.