Dicen que, en realidad, el primer partido de Liga es en muchas ocasiones el último de la pretemporada. Al igual que un mal partido del Córdoba ante un rival teóricamente inferior se convierte en un escarnio ejecutable en plaza pública, un buen partido de los blanquiverdes provoca que éste se remarque con especial énfasis si el enemigo que tiene enfrente es el vigente campeón de Europa, con varios campeones del Mundo de selecciones y con un entradón en su propio estadio. ¿Jugó bien el Córdoba? Sí, compitió bien, tuvo puntos fuertes destacables y también errores, cómo no. ¿Jugó mejor por hacerlo ante el Real Madrid? Evidentemente, sí. No es lo mismo mantener un 1-0 en contra en el marcador teniendo ocasiones y llegadas Ramos o Kroos que ante un equipo de su Liga. Lógicamente, el Real Madrid no logró que sus piezas encajaran para practicar un juego que le llevara a un triunfo cómodo. Y en eso tuvo su cuota el sistema planeado por Ferrer y ejecutado por el conjunto blanquiverde, desde Juan Carlos hasta Havenaar. ¿Qué parte de esa cuota? Imposible definirlo, pero la hubo.

Para lo que sirve todo ello es para valorar que este Córdoba se encuentra en un buen punto de partida, lo cual no garantiza absolutamente nada. Dicho de otro modo: si hubiera salido goleado del Bernabéu, sin dar tres pases seguidos, sin dominar media hora de juego y sin rondar tan siquiera el área de Casillas se hubiera pensado que era lógico ser avasallado por el Real Madrid, pero a la vez se hubiera pensado que quedaba muchísimo trabajo por delante. El resultado y el juego en el Bernabéu no elimina tareas pendientes pero al menos deja el punto de tranquilidad de que el Córdoba parece arrancar por una senda, como mínimo, esperanzadora. Precisamente a ese buen trabajo le da lustre el rival con el que se ha medido. Porque ese mismo 2-0 ante un rival de su Liga, con el mismo juego o parecido hubiera dejado sobre la mesa la demostración de que el Córdoba necesitaría mucho más para lograr el objetivo. Por lo tanto, si el conjunto blanquiverde es capaz de evolucionar lo mucho demostrado sobre el césped del Bernabéu mandará el mensaje de que está capacitado para resistir en Primera. La portería y la defensa lucieron de forma notable (Crespo, con apenas cinco entrenamientos, de manera especial). El centro del campo mostró suficiente calidad (Rossi, fundamental hasta que se quedó sin fuelle). Las bandas cumplieron su papel: primera parte de contención, segunda de agresión sin fruto. Ahí hará falta trabajar. No será fácil, pero el estreno invita al optimismo.