El Córdoba demostró ayer que aunque seas un equipo inferior, si trabajas, estás concentrado, juntas las líneas, presionas constantemente al equipo rival y eres efectivo en ataque, puedes ganar un partido, por muy cuesta arriba que este se te ponga. Eso fue lo que hizo ayer perfectamente el equipo, lo que sirvió para ganar a un Zaragoza que pensaba que sin bajarse del autobús y simplemente por tener jugadores más contrastados podía llevarse los tres puntos.

Ilusión. Es la palabra que describe lo que sintió ayer una afición que se volcó constantemente con un equipo que fue un fiel reflejo de lo que pide la grada. La afición sabe perfectamente cómo es el equipo y no pide más: entrega, concentración, motivación, responsabilidad y compromiso es lo que vimos y queremos.

Un último apunte. Espero sinceramente que esta respuesta no se quede simplemente ahí, porque se enfrentaba al Zaragoza. Si es de esta manera, no hay más excusas, sabemos perfectamente qué es lo que puede dar esta plantilla. Si queremos tener opciones de salvarnos, quiero ver un Córdoba como este.