Moreno y Montero muestran tensión y su distanciamiento durante un acto

La Junta de Andalucía y el Gobierno han escenificado este viernes tensión y distanciamiento durante la celebración de un acto de inauguración de un tramo de línea del Metro de Sevilla, con intercambio de alusiones entre el presidente andaluz, Juanma Moreno, y la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero.

La cita para la inauguración de un tramo Norte de la Línea 3 del Metro de Sevilla era a las 10:30 horas y Montero fue la primera en acudir al Parque del Parlamento andaluz donde se instaló una carpa para presentar el proyecto y realizar los discursos institucionales por parte de las autoridades. Montero aprovechó para atender a los periodistas, a quienes declaró sobre asuntos de actualidad y dijo que mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra en su despacho del Palacio de la Moncloa «trabajando», el presidente de la Junta se dedica a «hacerse fotos».

Estas declaraciones debieron de llegar a oídos de Moreno, quien le respondió en la parte final de su discurso institucional, cuando dijo que había llegado más tarde al acto porque había estado «despachando asuntos importantes en el Palacio de San Telmo, asuntos de calado e interés». «Y desde luego nos vamos a hacer muchas fotos. Todas las fotos que avalan la cantidad de proyectos, de iniciativas que este gobierno está poniendo en marcha en todos y cada uno de los rincones de Andalucía», añadió Moreno, momento en el que Montero hizo un comentario al oído al delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.

La tensión, fruto de las alusiones de la vicepresidenta a Moreno en sus declaraciones a los periodistas o de la propia coyuntura política que se está viviendo como consecuencia de los presuntos casos de corrupción que afectan al PSOE, ya se empezó a notar una vez que se produjo la llegada del presidente de la Junta, el último en acudir al acto.

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Saludo tenso

Las autoridades se colocaron a la llegada de Moreno, quien comenzó los saludos con la vicepresidenta, y a la que no besó sino que le tendió la mano -en un gesto que recordó al de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la ministra de Sanidad, Mónica García, durante la última conferencia de Presidentes.

Los discursos de los intervinientes fueron la prueba de que la tensión estaba presente, y el primero en abrir fuego fue el alcalde de Sevilla, quien dijo que aprovechaba la presencia en el acto de Montero para pedir «más implicación» del Gobierno en las obras pendientes en Sevilla, y tras enumerarlas lo comparó con los más de 9.000 millones que han «ido a parar» a Rodalíes en Cataluña.

Como si se tratara de un combate de salón -sin floretes pero con la dialéctica afilada-, la vicepresidenta primera contestó al alcalde recordando que parte de la financiación del Metro es del Gobierno pese a no tener obligación, al ser una competencia autonómica, y que las obras enumeradas se están proyectando pese a que proceden de legislaturas anteriores, de los gobiernos del PP.