Día mundial de la enfermedad

La tuberculosis sigue al alza en Andalucía y los expertos ponen el foco en las drogas y el alcohol

En 2024, los últimos datos provisionales desvelan que en septiembre ya había 451 casos registrados, una cifra que, según la Junta, continuó en aumento hasta terminar el año

Un médico revisa una radiografía de pulmón de un paciente con tuberculosis.
 | SCHALK VAN ZUYDAM / AP

Un médico revisa una radiografía de pulmón de un paciente con tuberculosis. | SCHALK VAN ZUYDAM / AP

Rocío Soler Coll

Sevilla

En el año 1870 Gustavo Adolfo Bécquer fallecía por tuberculosis en Madrid. Como él, millones de personas a lo largo de la historia han muerto a causa de la bacteria bacilo de Koch convirtiéndose en la pandemia más antigua. En la actualidad, el control de esta enfermedad está tan avanzado que, si se sigue el tratamiento de antibiótico y no se generan bacterias multiresistentes, sobrevive el 99% de la población. Por lo tanto, este lunes, Día Mundial de la Tuberculosis, el poeta de Rimas y leytendas no habría fallecido a la edad de 34 años.

Pese a la eficiencia del tratamiento, la OMS afirma que la tuberculosis sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortífera para la humanidad. Lo que en un principio parece una simple tos, cansancio y febrícula, puede convertirse en una grave neumonía.

Desde 2022, el número de casos en España ha experimentado un repunte que se mantiene hasta la actualidad. En 2023 se registraron 3.921 casos y la tasa de notificación fue de 8,2 por 100.000 habitantes, mientras que a nivel mundial, ese mismo año la tuberculosis causó la muerte de 1,25 millones de personas, el doble que el VIH.

En cuanto a la tendencia en Andalucía, en 2023 se registraron 621 casos o lo que es lo mismo: 7,2 por 100.000 habitantes. Esto implica un incremento del periodo 2021-2023 de 14,3% con una tendencia bastante similar. El año pasado, los últimos datos provisionales desvelan que en la semana 35 la comunidad andaluza ya había registrado 451 casos. Y aunque todavía se desconoce la cifra definitiva, desde la Consejería de Salud y Consumo aseguran que en 2024 continuó el aumento de la incidencia iniciado en 2022, con un cambio de tendencia de la complejidad social de los casos. Por provincias, la mayor incidencia la tiene Almería, pero los mayores incrementos se han dado en Málaga y Sevilla, las más densamente pobladas.

Ante esta situación y a pesar de que el año pasado la Junta anunciaba que "redoblaba los esfuerzos realizados para atajar el repunte" la Comisión de Tuberculosis de Sevilla sostiene que "es imposible" que la capital andaluza alcance los objetivos que la OMS se marcó para erradicar esta enfermedad en 2030. "Considero que es una situación preocupante porque estamos hablando de una enfermedad de lenta recuperación que puede generar un efecto bola de nieve", afirma a este periódico el epidemiólogo Eduardo Briones, director de la Unidad de Salud Pública del Distrito Sanitario Sevilla, desde donde se trabaja en el Programa de Prevención de Tuberculosis de Andalucía.

Briones habla de la tuberculosis como una enfermedad "escurridiza". "Ahora se nos escapa porque al haber menos casos, se sospecha menos", argumenta para referirse al bajo diagnóstico como uno de los principales problemas. El doctor insiste en que la evolución positiva de la enfermedad en los últimos 20 años ha hecho que cuando un paciente llega a urgencias con fiebre y tos el médico no piense en que se trata de tuberculosis.

Un "rebrote" por una "transmisión importante"

Para este especialista el covid ha sido un factor tan positivo como negativo para el auge de casos de tuberculosis: "Al ser una enfermedad que se mantiene en el aire y se transmite por vía aérea, las restricciones y el aislamiento social ayudaron a bajar los contagios, pero a su vez todos los servicios de salud pública se dedicaron al covid y eso provocó la caída en picado de los diagnósticos". Hoy, Briones habla de un "rebrote" en Andalucía (y en España) fruto de una "transmisión importante" en zonas localizadas.

En el caso de Sevilla, según el informe Cambios en el patrón epidemiológico de la tuberculosis en el Distrito Sanitario Sevilla del Sistema de Vigilancia Epidemiológico de Andalucía (SVEA), la distribución por centros de salud muestra tasas muy elevadas en las zonas de nivel socioeconómico más bajo, con un claro aumento desde el periodo 2023 hasta el primer semestre de 2024, situándose en algunos casos por encima de los 40 casos por cada 100.000 habitantes.

Además, si bien la complejidad clínica de la enfermedad se mantiene estable, es decir, los síntomas no son más graves que antes, lo que si se demuestra en dicho informe es que los índices de complejidad social se han disparado desde 2022 y se mantienen por encima de los valores del periodo 2010-2014. Esto quiere decir que la enfermedad se ha extendido por factores como el alcoholismo, la drogadicción y la carencia de domicilio fijo. "Estamos encontrando muchos casos en personas sin hogar, ahí la tuberculosis se ha triplicado desde la pandemia, pero no es un dato alarmante, porque los números son pequeños", aclara el doctor y añade: "Hemos pasado de tres a 10 casos. No es un gran volumen, pero cada problema de este tipo es complejo de abordar".

Las drogas y el alcohol: un problema para la tuberculosis en Sevilla

En la capital andaluza, el epidemiólogo insiste en que la tendencia al alza de la complejidad social se debe al aumento de casos en las zonas más vulnerables, junto a la presencia de factores de riesgo como problemas de salud mental, consumo excesivo de alcohol y de drogas, además de carencias básicas como no tener domicilio fijo o estar en situación de sinhogarismo. "Los hombres tienen más prevalencia que las mujeres, especialmente en mayores de 65 años", puntualiza el doctor. La drogadicción y el alcoholismo son dos patologías muy repetidas en los pacientes que se está diagnosticando con esta enfermedad en la Atención Primaria. "El problema se agudiza porque pierden capacidad para entender la gravedad del problema y, por lo tanto, de seguir con el tratamiento", argumenta Briones.

Ante este escenario, el facultativo afirma que aquellos barrios más desfavorables de la ciudad son ahora quienes están mostrando una mayor tasa en la incidencia de la infección. "Un tema que se debate mucho es la inmigración, pero realmente ahora mismo no hay ningún indicador que demuestre que está directamente relacionado. Hay casos, pero están sometidos a muchos controles y al final tenemos la misma incidencia", remarca.

La reforma de un plan de control

La Junta de Andalucía junto con el SVEA tiene desde hace años el Programa de Prevención de Tuberculosis de Andalucía. Según Briones, ahora mismo hay un equipo de trabajo que se coordina directamente con la Consejería de Salud y Consumo, con Servicios Sociales y con la Enfermería Comunitaria para incluir en el plan de control medidas del ámbito sociosanitario. "Estamos trabajando para tener recursos donde podamos atender a personas con tuberculosis residencialmente o bien con un procedimiento muy cercano", dice el experto.

En este plan de control tiene tres objetivos: mejorar el diagnóstico precoz y reforzar la sospecha por parte de los médicos, hacer estudios focos para mejorar la prevención y hacer un seguimiento minucioso del tratamiento para conseguir una buena adherencia. "Últimamente, hemos tenido más problemas con personas que abandonan el tratamiento y no conseguimos contactarlas o que directamente se fugan del hospital", lamenta el doctor.

Briones es categórico cuando la palabra "estigma" se cuela en la conversación. "Los prejuicios de la tuberculosis han hecho mucho daño a la gente y lo notamos muchísimo", sostiene. Tal como afirma este experto en la infección, a día de hoy "no hay ningún programa que esté focalizado en la eliminación del estigma de esta enfermedad", y mientras sigan latentes los prejuicios, seguirán siendo un obstáculo.

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