Fernando y María, el matrimonio que se llevó el Guadalbácar

«Un mazazo y una auténtica tragedia para el pueblo de Constantina». Son las frases más recurrentes en este pueblo de la Sierra Norte de Sevilla, que ha decretado dos días de luto tras encontrar los cadáveres de Fernando y María.

Fernando se dedicaba a labores agrícolas y desarrollaba su trabajo en una finca. María era ama de casa y trabajaba en diferentes viviendas como limpiadora. La fuerza del cauce del arroyo Guadalbácar se llevó las ilusiones de este matrimonio en pocos minutos. «Es una tragedia que fallezcan dos personas tan queridas en el pueblo de la noche a la mañana», nos relata David Cazallo, concejal en el Ayuntamiento de Constantina, con la voz entrecortada. «Es algo que te llega al corazón. No tenía una relación estrecha con ellos, pero eran muy queridos en el pueblo». El matrimonio, ambos de unos 60 años, había pasado la noche en su parcela familiar en las afueras de Constantina, concretamente en la carretera que une la localidad con La Puebla de Los Infantes. Por la mañana, la pareja se trasladó al pueblo para acceder a sus puestos de trabajo. Fue la última pista en el municipio. Una tragedia que hacía presagiar lo peor.

La Benemérita encontró su coche volcado, un todoterreno de color rojo y con una de las ventanillas rotas, fruto del intento por intentar salir del vehículo, según confirman fuentes oficiales.

El primer cuerpo en aparecer fue el de María, hallada a «unos 400 metros del vehículo» y «entre la maleza». Las labores de búsqueda del otro miembro de la pareja continuaron hasta que se tuvieron que suspender por la noche «debido a la falta de luz».

A primera hora de este miércoles, con el regreso de la luz, se continuó con el operativo de búsqueda y se cumplieron todos los malos presagios. Según confirmaron fuentes cercanas al caso, el cadáver de Fernando apareció justo debajo del coche en el que viajaba el matrimonio.