Social

Ofrecen viviendas en alquiler en Níjar para alojar a los temporeros

En una de las principales zonas agrícolas de Almería, la labor del Servicio Jesuita a Migrantes permite que estos trabajadores tengan un techo digno

Hamsa, originario de Marruecos, posa en una de las viviendas para temporeros de Níjar.

Hamsa, originario de Marruecos, posa en una de las viviendas para temporeros de Níjar. / Carlos Barba / Efe

Miguel Martín Alonso (EFE)

Almería

El campo de Níjar (Almería) es una de las principales zonas agrícolas de la provincia de Almería, pero también uno de los puntos con más asentamientos chabolistas, aunque en la barriada de San Isidro el Servicio Jesuita a Migrantes (SMJ) ofrece viviendas en régimen de alquiler social para dignificar el alojamiento de personas procedentes de estos poblados.

La religiosa María Ruiz Clavijo Ponce de León es educadora social del SMJ y explica a Efe que se trata de una promoción de 12 viviendas de seis plazas cada una. «Son personas que han venido de los asentamientos. Por ejemplo, conseguimos hace poco que todos los residentes del Cañaveral, muy cerquita del Walili, accedieran a venir a estas casas», abunda.

«Las dos grandes patas sobre las que pivota el SJM Almería en este momento son la intervención en los asentamientos y este programa de hospitalidad y vivienda. En los asentamientos, en la intervención que llevamos a cabo, pues básicamente se centra en dos grandes asentamientos, los más grandes de los campos de Níjar, el de Atochares y el del Hoyo, en el Barranquete», precisa.

La religiosa María Ruiz, frente a las viviendas del Servicio Jesuita a Migrantes.

La religiosa María Ruiz, frente a las viviendas del Servicio Jesuita a Migrantes. / Carlos Barba / Efe

Clases de español y apoyo médico

En estos asentamientos, el SMJ da clases de español y apoya a sus habitantes en labores administrativas y acompañamientos médicos, entre otros. «También nos gusta llevar talleres, y trabajar un poco el desarrollo comunitario, que hagan cosas en común. Un ejemplo muy claro es la gestión de la limpieza y la recogida de basuras que estamos llevando a cabo con otras entidades también en el Hoyo, donde los propios habitantes se involucran en cuidar de alguna manera el hábitat», dice.

Respecto al programa, además de estas 12 viviendas que gestionan en San Isidro, hay otra vivienda «un poquito más especial que decimos que es una comunidad de hospitalidad, que está situada en Pueblo Blanco. Se llama Casa Arrupe, en la que convivimos con personas de distinta nacionalidad y, digamos, de distintas vocaciones o trayectorias personales. Hay personas de Ghana, de Mali, de Senegal y de España», detalla.

Lamine prepara su comida en una de las viviendas del SMJ en Níjar.

Lamine prepara su comida en una de las viviendas del SMJ en Níjar. / Carlos Barba / Efe

Los residentes

Entre los residentes de las viviendas de San Isidro se encuentra Abdullah, de 20 años y originario de Mali, que comparte alojamiento con otros extranjeros en estas viviendas desde hace unos tres meses. «Son muy buenas personas», dice de los amigos que ha hecho.

Trabaja en un invernadero, como también lo hace Seriba, que lleva en España cuatro años, dos de ellos en San Isidro. Este último cuenta que ha estado en Murcia trabajando en el limón, y asegura que ahora, gracias a las viviendas gestionadas por los jesuitas, se encuentra «muy bien».

Las viviendas fueron adquiridas por Techô, socimi que agrupa a grandes empresas y patrimonios para dar una solución al problema de las personas sin hogar.

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