Varias asociaciones memorialistas están preparando su petición formal para que los restos mortales del general Queipo de Llano sean exhumados del lugar de honor que ocupan en la Basílica de la Macarena de Sevilla, aseguraron este viernes fuentes de la Coordinadora Andaluza por la Memoria Histórica y Democrática. Esas peticiones podrán presentarse ante el Gobierno o ante la fiscalía de sala específica de la Memoria Histórica, según señalaron las fuentes en coincidencia con la entrada en vigor este viernes de la nueva ley de Memoria Histórica y Democrática.

Por otra parte, la vocal de Exhumaciones del Comité Técnico de Coordinación de Memoria Histórica de la Junta de Andalucía, Concha Morón, dijo a Efe que, según la nueva ley, cuando los símbolos franquistas se encuentren en recintos privados o religiosos pero con proyección pública deberán ser retirados por los propietarios de esos recintos.

Si esa actuación no se llevara a cabo de manera voluntaria, la Administración habría de incoar un expediente en el que se daría a los propietarios un plazo de tres meses para que cumplieran con lo previsto en la nueva normativa.

El responsable de Memoria Histórica del sindicato CGT, Cecilio Gordillo, explicó que sería suficiente con que los restos del general no estuvieran visibles al público y que la cuestión ya estaría solucionada si la Hermandad de la Macarena hubiera trasladado los restos a un columbario en la propia basílica.

Hace cuatro años la Hermandad de la Macarena informó de esa posibilidad del columbario, mientras que esta semana su hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, ha dicho que la entidad «está esperando que le digan qué tiene que hacer» ante la reforma de la Ley estatal de Memoria Democrática. El hermano mayor de la Macarena insistió en que está «deseando» recibir alguna directriz sobre «qué hacer» para cumplirlo y cerrar un debate que se ha alargado durante años.

Un acuerdo plenario del Ayuntamiento de Sevilla de 2016 reclamaba que el templo macareno dejase de acoger los restos del general por su vinculación directa con los fusilamientos que tuvieron lugar en la ciudad tras el golpe de Estado de 1936. El pasado 6 de octubre, el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, dijo que con la nueva Ley de Memoria Histórica se tomarían decisiones para hacer cumplir la norma, como las referidas a la exhumación de los restos del general Gonzalo Queipo de Llano y de José Antonio Primo de Rivera (de el valle de los Caídos o culgamuros).

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, subrayó en Sevilla -donde presidió la inauguración de la nueva comisaría de Policía Nacional del Distrito Sur- que la nueva Ley de Memoria Democrática debe «ser cumplida en sus términos estrictos, y así va a ser».

La entrada en vigor de esta nueva norma ha vuelto a poner sobre la mesa reivindicaciones memorialistas que ahora sus promotores esperan que sean atendidas.

Por ejemplo, ¿se exhumará a Moscardó y a Milans del Bosch del Alcázar de Toledo? El general José Moscardó y el teniente coronel Jaime Milans del Bosch, considerados héroes por la dictadura franquista por la defensa del Alcázar de Toledo, permanecen enterrados allí, y ahora la ley de memoria puede ser una nueva oportunidad para exhumar sus restos, tal y como piden las asociaciones de memoria histórica. En concreto, Milans del Bosch y Moscardó se encuentran enterrados en la cripta junto a otros militares y civiles que defendieron el Alcázar durante el asedio que se llevó a cabo del 21 de julio al 27 de septiembre de 1936, un espacio que es únicamente visitable por sus familiares con autorización previa.