Macarena Olona lleva días jugando sus cartas para volver a Vox en Madrid y «sin traicionar» Andalucía. Pedía puente de plata para el regreso, exhibiendo músculo y seguidores en redes, y le han dado un portazo. «Definitivamente este es el fin del camino», dejó claro el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, su amigo, la persona que la llevó a la militancia y su gran valedor estos años. Ella descartó ayer crear un nuevo partido político.

Después de que el pasado julio renunciara a su escaño como diputada andaluza y anunciara su retirada de la política por motivos de salud, su ambición era regresar con voz en la dirección nacional y un escaño en el Senado. Fuentes de Vox confirman que Olona iba a plantear a Abascal, en una entrevista que finalmente no se va a producir y que ella ha pedido públicamente en redes, volver a formar parte del núcleo duro del partido con foco y altavoz en Madrid. Planeaba un regreso a la política como hija pródiga y además confiaba en que Abascal tomara medidas contra el secretario general, Javier Ortega Smith, con quien lleva enfrentada desde la campaña de las andaluzas. No calculó sus fuerzas y muchos de quienes se consideran sus amigos aseguran que llevan tiempo advirtiéndole que no está midiendo bien sus envites en esta guerra interna.

El lunes, Olona volverá al hotel Alfonso XIII de Sevilla, donde reapareció días atrás junto al exbanquero Mario Conde, condenado por estafa en los 90, que esta vez será quien la presente. Al acto, organizado por el sevillano Rotary Club, están convocados algunos exmiltantes de Vox como Carmen Gomis, fundadora y actualmente en la plataforma Tu patria.Olona quería que el grupo parlamentario de Vox en Andalucía la designara senadora por la comunidad autónoma. El Estatuto de Autonomía andaluz permite nombrar senadores sin escaño autonómico. No es una condición necesaria. Era la única vía posible, admiten algunos de sus fieles, para que pudiera seguir en la política activa una vez que el pasado julio renunció al escaño autonómico, en un ataque de dignidad los continuos enfrentamientos internos y con muchas dudas sobre su salud tras semanas perdiendo peso de forma acelerada.

Antes había renunciado a su plaza en el Congreso de los Diputados para poder tomar posesión como diputada andaluza. Nunca tuvo del todo claro la operación. Siempre dejándose abierta una puerta para la vuelta a Madrid.

De nuevo intentó lo mismo tras tomar posesión como diputada andaluza. En junio, en una rueda de prensa en la Cámara andaluza, cuando se le preguntó si se quedaba en Andalucía invocó a Dios. Primero se volvió a definir como «soldado» de un ejército, Vox, por lo que dijo que estaba a las órdenes de sus superiores. En esa fecha, junio, Olona ya había trasladado a su partido que no quería permanecer como una soldado raso en Andalucía, como líder de un partido que, pese a haber obtenido 14 escaños, era irrelevante en la comunidad por la mayoría absoluta del PP de Juan Manuel Moreno.

Ya entonces pidió ser senadora por la comunidad autónoma. Juan Espadas, líder del PSOE andaluz, es senador, cargo que compatibiliza como jefe de la oposición. El PP nombró a Javier Arenas, Elías Bendodo o Juan Bravo, para premiar a los hombres de Moreno en Génova. Lo mismo hizo Moreno durante sus primeros años en Andalucía, cuando compatibilizó su escaño andaluz con el de senador. Olona quiso estar en esta terna y tensó la cuerda «por encima de sus posibilidades», resume alguien que asistió a aquella negociación en la que, más allá de Ortega Smith, aseguran que cruzó palabras duras con Abascal, que siempre estuvo al tanto de sus ambiciones de permanecer con un pie en Madrid. Vox siempre ha criticado ese uso del Senado y le cerró esa puerta a Olona.

Empezó el baile de nombres. La que fue candidata andaluza propuso a su amigo y uno de los pesos clave de su campaña Jacobo González-Robatto. Vox la desautorizó y eligió a la diputada por Córdoba María José Rodríguez de Millán, que ya ha acaparado el foco cuando en un debate sobre energía acusó a Pedro Sánchez de llevar el país al «suicidio nacional». En Vox muchos miran ya a esta joven, nacida en Cabra en 1995 y licenciada en Derecho en la Universidad de Sevilla, como la alternativa a Olona en Andalucía. Su renuncia sería imprescindible para dar paso a Olona. «Eso nunca ha estado sobre la mesa», zanjan en Andalucía. Hay división interna en la cúpula del partido, donde Olona tiene sus seguidores, aunque desde la dirección nacional aseguran que el cierre de filas con Abascal es total y que ella no podría protagonizar ninguna escisión ni arrastrar gente de dentro de Vox.