Dos hermanos han ingresado en prisión por orden judicial tras ser detenidos por la Guardia Civil en Málaga por dedicarse supuestamente, con siete identidades falsas, a adquirir armas de fuego en el extranjero para introducirlas después en España y manipularlas en un taller clandestino en su domicilio.

En la actuación han sido intervenidas dieciocho armas de fuego -incluidos cinco subfusiles- que adquirían en otros países como Eslovaquia, República Checa o Francia, según ha informado este miércoles el instituto armado en un comunicado.

La investigación se inició a principios de este año a raíz de una información policial sobre una persona residente en España que había adquirido en un país del Este de Europa varias pistolas de última generación, originalmente letales (calibre 9 milímetros parabellum) pero recalibradas al sistema flobert.

De esta forma, las armas son de venta libre en ese país, pero no en España, donde es necesaria licencia de armas para su adquisición y tenencia. Este tipo de armas son "fácilmente manipulables" para revertirlas a su calibre original, que es letal, y es una de las principales fuentes ilegales de armas a nivel europeo.

Los agentes averiguaron que un DNI utilizado para las compras de las armas había sido falsificado mediante programas informáticos e identificaron a un vecino de Málaga que carecía de cualquier licencia de armas.

A partir de ahí, determinaron que esa primera compra no fue un hecho aislado, sino que contaba con la colaboración de su hermano y ambos llegaron a falsificar siete identidades para adquirir numerosas armas en otros países.

Las armas adquiridas eran subfusiles catalogados como armas de guerra, pistolas y revólveres, que "dadas sus reducidas dimensiones son las más demandadas por las organizaciones criminales por su potencia de fuego y su facilidad de ocultación", según el instituto armado.

Además de las armas y municiones, también habían comprado maquinaria, como un taladro vertical de columna, amoladoras y otras herramientas y accesorios propios de los talleres clandestinos donde se manipulan armas de fuegos.

Entre este material destaca una cabina insonorizada de uso profesional de grandes dimensiones valorada en más de 6.000 euros, que se sospecha que usaban para disparar y probar las armas y de esta forma no alertar a los vecinos.

Durante el registro del domicilio, llevado a cabo el pasado 3 de agosto, los agentes intervinieron cinco subfusiles, seis pistolas, seis revólveres, una escopeta táctica semiautomática, 895 cartuchos, tres aparatos de descargas eléctricas disimulados bajo la apariencia de teléfonos móviles, entre otros efectos.

Algunas de estas armas estaban municionadas y listas para ser utilizadas en cualquier momento, con el peligro que ello supone, motivo por el que se estableció un dispositivo de seguridad para efectuar las detenciones y el registro.

En esta actuación, que se enmarca en el Plan Integral para el Control de Armas de Fuego (PICAF), la Guardia Civil ha contado con la colaboración de las policías de Eslovaquia, República Checa, Gendarmería Nacional de Francia y Europol.