Siete representantes sindicales de Abengoa permanecían este martes atrincherados en la sede de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a la espera de que se les ofrezca una clara solución de viabilidad que evite la liquidación del grupo, al que se le agotan los plazos.

«No tenemos tiempo. No podemos esperar más. Los acreedores nos han dado sólo tres días más. Si no llega una solución, entraremos en liquidación, y esto será el final. No hay otro remedio que quemar el último cartucho que nos queda», dijo Valentín San Emeterio, presidente del comité de empresa de Abengoa Agua.

San Emeterio es uno de los cinco representantes de otros tantos comités de empresa del grupo sevillano encerrados en la sede madrileña del holding público, junto con el secretario general de UGT-Fica Sevilla, Manuel Ponce, y el secretario de acción sindical de UGT, Jesús Ordóñez.

Allí se celebró una reunión de urgencia entre representantes de la firma sevillana, del holding público y del Ministerio de Industria, en la que se esperaba que por fin se concretara algún tipo de rescate que impida la liquidación de un grupo que da empleo a unas 11.000 personas.

Abengoa lleva esperando desde marzo un rescate de 249 millones de euros a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas que gestiona la SEPI y que se diseñó para socorrer a grandes compañías a las que la pandemia hubiera puesto en riesgo de supervivencia.

Sin embargo, y a menos de diez días para que expire ese fondo y venza la moratoria concursal, todo hace prever que el comité gestor no va a aprobar el rescate de una compañía cuya solvencia ya estaba en serias dificultades antes de la pandemia.

Según informaron a Efe fuentes sindicales, durante la reunión se ha explicado a los representantes sindicales que el expediente por el que se estudia ese rescate no puede ser aprobado ya que faltan algunas aportaciones y aclaraciones.

Por ello, ayer se remitió el «informe de término» sobre el expediente a la compañía y se inició un trámite de urgencia en el que la empresa cuenta con un plazo de cinco para recibirlo, revisarlo y atenderlo.

Los acreedores

Sin embargo, los acreedores de Abenewco 1, filial en la que se han aglutinado los activos operativos de Abengoa como estrategia de salvamento, extendieron este martes el plazo que se habían fijado para exigir el pago de su deuda, y decidieron concederle hasta el viernes, 24 de julio.

«Nosotros no podemos esperar los cinco días (del trámite de urgencia para cerrar el rescate), por eso ahora mismo estamos encerrados en la sede de la SEPI y no vamos a abandonar las instalaciones hasta tener una solución», dijo San Emeterio sobre la situación de un grupo que se encuentra en concurso desde hace ya 16 meses y acumula una deuda de unos 4.900 millones.

Dificultades arrastradas

En 2019 la empresa registró un patrimonio negativo neto de 388 millones, lo que la colocó en causa de disolución.

A partir de su suspensión de pagos, la mayor en España desde la recesión de 2008, los esfuerzos de Abengoa han buscado conseguir el apoyo de la SEPI.

Ayer también se reunió el consejo gestor del fondo para impulsar la tramitación de los expedientes de las operaciones de rescate solicitadas por esta y otras empresas.

Estas compañías temen que los expedientes que no hayan salido ayer adelante ya tengan difícil lograr la esperada inyección de fondos públicos, puesto que éstas deberían pasar por el Consejo de Ministros antes de que acabe junio.

Concentración ante la SEPI

Coincidiendo con el inicio de la reunión -a la que no acudió la ministra de Industria, Reyes Maroto, y sobre la que de momento no han querido informar ni SEPI ni el Ministerio-, a las 11.00 horas UGT convocó a los trabajadores de Abengoa a una concentración a las puertas de la SEPI.

Un par de centenares de empleados acudieron para reivindicar la aprobación del citado expediente y lanzaron proclamas de «Abengoa solución» o «SEPI contesta, esperamos la respuesta» ante las puertas de la sede central del holding público.

«Estamos en una situación límite, los plazos se acaban. La SEPI ha ido concediendo ayudas a otras empresas pero ha dejado a la nuestra de lado», dijo Arturo Da Silva Cordero, miembro del comité de empresa de Abengoa Energía.

Por ello, «hoy venimos a reclamar una respuesta, en un sentido o en otro», aunque «si esta ayuda no se lleva a cabo -advierte-, conducirá a la liquidación de Abengoa». H