El candidato del PP, Juan Manuel Moreno, se dedicó a los jóvenes en su penúltimo acto de campaña en un encuentro en El Puerto de Santa María (Cádiz) con las Nuevas Generaciones del partido. Moreno, en la misma línea que había mantenido horas antes en Chiclana, coqueteó con “la cifra mítica” de los 55 diputados, la mayoría absoluta del Parlamento andaluz. Avisó a los jóvenes del partido de que pueden estar en “un momento histórico” y podrán decir dentro de muchos años: “Yo estuve en la campaña de junio de 2019”. Parece que el PP está en una nube aunque por momentos a sus dirigentes les da vértigo y tratan de pinchar el globo para que el partido llegue a la jornada electoral con los pies en la tierra. Moreno busca “la suficiencia de poder gobernar con suficiencia”, es decir, la mayoría absoluta dicho de la forma más eufemística posible. “Ahora mismo, los 50 son posible”, dicen en su cuartel general.

Nada tiene que ver el ambiente de esta campaña con 2018. La euforia contenida se nota por más que Moreno no pueda tampoco disimular su vértigo. Lo recordó el candidato del PP. Entonces “tela de gente” le decía que no podía ser presidente y él repetía que “solo puede el que cree que puede”. No lo contó pero la noche electoral Génova le tenía preparada una carta de despedida y una gestora para Andalucía. En una sorpresa que ninguna encuesta vio las derechas sumaron en Andalucía y Moreno llegó a la Junta con el peor resultado de la historia del partido. “Hay que tener fe ciega, optimismo sereno porque la fe mueve montañas”, insistió Moreno, “ya hemos conseguido un gobierno, os pido que me ayudéis a alcanzar la mítica cifra de 55 escaños”.

Voto joven y abstencionistas

El 50% del censo electoral andaluz que tendrá derecho a voto el próximo junio ha nacido después de 1980, en ellos la idea de que el PSOE es el partido de la transformación de Andalucía ha ido desapareciendo. Moreno se dirigió a todos los nacidos en democracia para pedirles su voto. Los jóvenes son otra de las piedras en las que el PP quiere cimentar una mayoría suficiente. En el Barómetro del CIS de mayo se señala que el PP se llevaría el 51,7% de los votantes de Cs de 2018, un 29,7% de Vox, un 12% del PSOE y un 33,2% de quienes en 2018 no votaron, no tenían edad para votar o o no recuerdan al partido que votaron.

Los partidos se han instalado en Andalucía en el día después del 19-J y la formación del Gobierno, en un debate sobre los pactos y alianzas con Vox en el epicentro. No sobre quién va a ganar el próximo domingo sino con quién se puede gobernar e incluso, en un paso más allá, en una hipotética repetición electoral antes de que se abran las urnas. En una especie de ‘metaverso’ o realidad virtual, como el que dominó el último acto de los populares, los candidatos se pelean por la abstención o los pactos para que Moreno gobierne mientras el favorito se afianza como ganador antes de que se abran las urnas.

El PP da por hecha su victoria y las izquierdas asumen de forma indirecta su derrota. Incluso en las filas de Moreno contienen la euforia pero deslizan que podrían estar al borde de una mayoría absoluta, con lo que no necesitaría a Vox para formar gobierno. Mientras, el líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Pedro Sánchez y al PSOE de convertir a Vox en “su principal aliado”, defendiendo que los barones socialistas que gobiernan comunidades autónomas sí “entienden” que si hay un resultado “muy claro” y “contundente”, “lo lógico sería dejarle gobernar”.

El PSOE se asoma al abismo electoral y aguanta la respiración ante el temor a un desastre absoluto, sin moverse de de su ‘no es no’, negándose en rotundo a ceder votos a Moreno para evitar la extrema derecha en el Gobierno. El candidato socialista Juan Espadas recordó que en 2018 fue el PSOE quien ganó las elecciones y Moreno pactó su investidura con Vox, con ,lo que “no tiene credibilidad para exigir o pedir” una abstención tras el domingo. Espadas consideró que quedan pocos días y que “hay que dejar votar a la gente” y no hablar ya de “pactos” postelectorales.

Por Andalucía dio un giro de 180 grados y tras asegurar en el inicio de la campaña que le echaría “un pensamiento” a alguna posible abstención para evitar a Vox en el Gobierno andaluz, este jueves Inma Nieto zanjó el debate de raíz: “Rotundamente, no”, dijo.

Vox mientras saca rédito al debate que propició cuando Macarena Olona aseguró en el debate electoral del pasado lunes que no daría ni un solo voto “gratis” sin entrar en el Gobierno. El partido de extrema derecha lanzó mensajes en sus redes de “evita el pacto PP-PSOE” con imágenes del rostro de Moreno asegurando que confía en un córdon sanitario de la izquierda para no gobernar con Vox y un aviso: “Evita que el socialismo corrupto y la izquierda progre vuelvan. Solo Vox garantiza el cambio real”.