Sobre la fusión del PP y Ciudadanos para presentarse en una sola lista en las próximas elecciones andaluzas no está todo dicho aunque Génova se haya apresurado a cerrar esta alternativa. El PP andaluz en absoluto lo descartasu silencio estos días, después de que Inés Arrimadas abriera esa rendija en su visita hace una semana a Sevilla, es la prueba de que la reflexión está sobre la mesa, según confirman fuentes de la formación.

La dirección nacional sólo contempla proseguir con la operación de absorción de Ciudadanos que comanda el secretario general, Teodoro García Egea, con la colaboración de quien fuera uno de los hombres fuertes de Albert Rivera, el ex responsable de Organización naranja, Fran Hervías. Pero en Andalucía no se ve igual. Las declaraciones de Arrimadas sobre que la coalición electoral es una opción que se podría valorar, para preservar el actual Gobierno bipartito y frenar a Vox, no disgustan en el PP andaluz.

Son conscientes de que es un debate muy prematuro porque, como ha contado EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, las fechas que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, baraja para adelantar los comicios son junio o octubre. Y además el proceso está lleno de dificultades. "Llegar a un acuerdo no sería nada fácil", reconocen. En las elecciones de diciembre de 2018 la diferencia entre PP y Cs fue de menos de 90.000 votos. Y, obviamente, explican, no se puede negociar en base a este resultado porque la situación de la formación naranja y sus expectativas electorales son ahora muy diferentes. El éxito de estas conversaciones dependería, por tanto, del espacio que reclamaran en la candidatura.

Pero la integración, a pesar de las complicaciones que presenta, se percibe en el PP andaluz como una manera de atornillar el Gobierno de San Telmo. Aunque los sondeos previos han sido especialmente cariñosos con Juanma Moreno y lo colocan al borde de la mayoría absoluta, fuentes del partido apuntan también a que se han elaborado en un momento sin tensión electoral. Existe un riego claro, señalan, de que Ciudadanos no alcance el 3% de apoyos en todas las provincias para obtener representación en el Parlamento. Si sucede puede tener dos consecuencias claras. La primera es que el PP no sume con Vox, porque esos votos se habrán perdido por el camino y no contribuirían a una mayoría en la derecha. La segunda, también mala para los populares, es que la aritmética si dé, pero aumente su dependencia de Vox. Y este es uno de los objetivos que Moreno Bonilla quiere evitar a toda costa.

Aún hay otra circunstancia más que las fuentes del PP andaluz consultadas ayer esgrimen para valorar la fusión. La desaparición de Ciudadanos, subrayan, favorece en el reparto al PSOE o a Podemos, que se verían beneficiadas por el último diputado, los llamados restos en cada provincias. Por eso, la postura que defienden en Andalucía es realizar un "estudio muy exhaustivo" de todas estas variables una vez que las elecciones estén convocadas.

Es exactamente la posición que defienden en el partido naranja. A pesar de que las alarmas se encendieron hace días cuando Arrimadas lanzó el ofrecimiento, la formación liberal lleva meses apostando por esta misma idea. Reconocen, eso sí, que no tiene sentido plantearlo en serio ahora. Pero avanzan que una vez haya fecha para los comicios, abrirán conversaciones formales para estudiar todas las opciones.

Encontronazo con Génova

El debate se ha generado, apuntan otras fuentes, porque en las encuestas Ciudadanos no llega al 3%. Y esto "abre la discusión de si ir juntos" para no estar en manos de Vox. La misma reflexión se ha planteado en la Comunidad Valenciana, donde recientemente Arrimadas se vio con el líder popular, Carlos Mazón. Fuentes conocedoras del encuentro afirman que no hablaron en términos tan concretos, pero en el partido naranja cuentan con que en el PP valenciano también están haciendo cálculos similares. En ese caso, el planteamiento tiene todavía más sentido porque la barrera electoral es del 5%. Si Ciudadanos no consiguiera representación, los populares no tienen posibilidad de sumar con la ultraderecha y la izquierda reeditaría su gobierno.

La postura del PP andaluz supone, de entrada, un encontronazo con Génova. Si en este territorio deciden explorar la alianza con Cs lo lógico sería hacerlo de la mano de la dirección nacional. Porque, además, según los Estatutos del partido la última palabra sobre las listas la tiene siempre la cúpula. Ya hay precedentes de una modificación en la candidatura por Granada para las elecciones autonómicas de 2015. La entonces secretaria general, María Dolores de Cospedal, intervino para cambiar el orden. Y no sólo eso. Los antecedentes recientes han provocado alguna crisis interna profunda.

Juanma Moreno e Inés Arrimadas. Pedro Ruiz

La única coalición electoral entre los dos partidos la enarboló el propio García Egea en el País Vasco, saltándose la voluntad y opinión del PP vasco y fulminando al hasta ese momento líder y candidato, Alfonso Alonso. Las heridas de aquella batalla aún existen dentro de la formación, que terminó coronando de urgencia a Carlos Iturgaiz para liderar la lista conjunta. En Cataluña el acuerdo no fue posible a pesar de la insistencia de Ciudadanos y Vox dio el primer sorpaso a sus dos rivales del centro derecha.

La cuestión es que la moción de censura en Murcia lo cambió todo para la cúpula popular. Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, en ese momento comenzó la operación para aniquilar políticamente a Ciudadanos de la mano de Hervías y la relación con el partido naranja dio un vuelco absoluto. Casado y su número dos dieron por terminada la relación de confianza y emprendieron un camino que sólo mira a la absorción. Por ese motivo hay tensión entre los distintos barones populares, que en función de las circunstancias en sus territorios difieren de la estrategia a seguir con Ciudadanos.

En el caso andaluz, la intromisión de Génova tendría otro alcance. Si se llegara a ese extremo en que la dirección nacional no permite una lista conjunta con Ciudadanos, indican fuentes del PP, "serían ellos quienes deberían dar explicaciones en caso de perder Andalucía porque Cs se quede fuera". La discusión interna lejos de acabarse, ni siquiera ha comenzado.