El Parlamento de Andalucía ha restringido este miércoles el acceso a las dependencias adjudicadas a los diputados no adscritos, los únicos que sí pueden entrar en ellas, para lo que ha puesto un vigilante de seguridad que ejerce la tarea de control, informa Efe.

Esta situación se produce coincidiendo con el último día del plazo establecido por la Mesa de la Cámara para que se retiren de ese espacio los símbolos falangistas y la bandera LGTBi colocados, respectivamente, por la diputada no adscrita procedente de Vox y los parlamentarios procedentes de Adelante Andalucía.

La Mesa del Parlamento andaluz instó la pasada semana a los diputados no adscritos a retirar dichos símbolos, que aún siguen en las dependencias, para lo que dio un plazo que finaliza este miércoles.

En un escrito remitido por el Letrado Mayor a estos diez parlamentarios, se recuerda que los lugares cedidos tienen la consideración de "espacios comunes" que se ponen a disposición de "distintas personas, no solo los diputados no adscritos, con el fin de facilitarles el desarrollo de su labor".

Tras recordar que, según el Reglamento de la Cámara, no existe obligación de poner espacios a disposición de los "diputados individualmente considerados", la Mesa insta a "respetar la naturaleza de espacios comunes" de las zonas cedidas.

La Cámara advirtió de que, si no se hiciese así, los servicios de la misma "realizarán las actuaciones pertinentes para la adecuada ordenación de los considerados espacios y del mobiliario y elementos en ellos existentes y, en su caso, para su retirada conforme a lo que se expresa en el presente escrito".

En declaraciones a los periodistas, el diputado no adscrito Nacho Molina ha mostrado su sorpresa por "la decisión del Letrado Mayor de ordenar que un vigilante de seguridad se ponga delante de las puertas de nuestros despachos para que nadie que no sean los parlamentarios no adscritos acceden a estas dependencias".

Ha recordado que dichas dependencias les fueron adjudicadas "de manera humillante para compartirlas con la Falange Española de las JONS", en referencia a la bandera colocada por la diputada no adscrita procedente de Vox.

"Se nos ha limitado el derecho a poder atender a una visita y atender a los medios de comunicación que querían grabar", ha denunciado antes de subrayar que se trata del "último capítulo de esta guerra de despropósitos en la que la Mesa de la Cámara nos ha metido".

Ha incidido en que la Mesa de la Cámara, donde "se sientan Izquierda Unida y el PSOE", es la que ha "provocado que esta señora tenga despacho y pared donde colocar su bandera porque el origen del problema nace de ahí, de que la metan dentro de unas dependencias en las que habíamos estado trabajando y reclamando porque teníamos derechos como diputados electos".

"Ahora nos ponen un vigilante y no sabemos cuál será el último episodio", ha proseguido, tras lo que ha denunciado que los símbolos de la Falange son una "afrenta al pueblo andaluz".