La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, abogó ayer por una actuación conjunta de las administraciones para dar una respuesta «lo más rápida posible» a los afectados por la borrasca Gloria, que causó daños en diversas provincias españolas.

Tras visitar la barriada malagueña de Campanillas, donde los vecinos aún se afanan en la retirada de barro de casas, calles y comercios, Montero dijo que cuando se produce un temporal «el retraso en la llegada de las ayudas agrava la situación de las familias». Por ello, en el caso de Málaga el objetivo del Gobierno es trabajar «codo con codo» con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga para «intentar que entre todas las administraciones demos una respuesta lo más rápida posible», explicó.

Aún no se han evaluado los daños causados en Campanillas por la tormenta, que el Consorcio de Compensación de Seguros cuantificó hasta la fecha en España en más de 10.000 siniestros valorados en 71 millones de euros. Recordó que el Consorcio tiene previsto abonar en el plazo de cuatro meses la mayoría de las ayudas.

Además, recordó que el Consejo de Ministros trasladó el martes que el decreto ley aprobado en septiembre para afrontar los daños de la Dana dará cobertura a «muchas de las ayudas».

En cuanto a la posibilidad de declaración de zona catastrófica, dijo que el concepto de zonas gravemente afectadas «es el mismo», y añadió que «lo importante es que las ayudas estén disponibles» y lleguen a los afectados.

La ministra portavoz trasladó la solidaridad del Gobierno a los vecinos del barrio de Campanillas, y deseó que recuperen la normalidad en el menor plazo de tiempo posible.

Calificó de «desolador» el escenario al visitar las viviendas o los lugares comunes de las urbanizaciones afectadas porque «la fuerza del agua ha hecho estragos» y muchas familias «han perdido las cosas que tenían».

Tras mostrar su agradecimiento a los vecinos que de forma voluntaria colaboran en las tareas de desescombro o limpieza de hogares de otras familias, valoró que «el pueblo andaluz siempre que puede expresa con su solidaridad lo mejor que tenemos».

Durante la visita de Montero se vivieron escenas de tensión, pues algunos vecinos expresaron su indignación por la visita de la ministra, además de otros cargos políticos, cinco días después de las inundaciones a «hacerse la foto», en lugar de acudir «con botas de agua y una pala» a ayudar en las tareas de limpieza.