A la espera de la reunión que mantendrán hoy el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, el futuro Gobierno de la Junta de Andalucía comienza a perfilarse. En las últimas horas, según fuentes del PP y de Cs, ambas formaciones han avanzado en el diseño de un Ejecutivo que contará con una vicepresidencia (para el líder naranja en Andalucía, Juan Marín) y, probablemente, 10 consejerías. La dirección de Cs dice que todavía no está cerrado el organigrama, aunque fuentes del PP andaluz concretan que el área económica la han dividido en dos: los populares dirigirán Hacienda y los naranjas, a través de Juan Marín, controlarán Economía y Empleo. Habrá que ver dónde acaban los que más transferencias gestionan: Sanidad y Educación. El adelgazamiento de la Administración que defienden ambas formaciones no se verá solo en la reducción de consejerías (ahora hay 13), sino también en que habrá menos delegados territoriales en las ocho provincias.

Lo que sí está claro es que Pablo Casado ha decidido asumir el coste de escenificar el acercamiento a Vox para conseguir que Juan Manuel Moreno (PP) sea el próximo presidente de la Junta de Andalucía gracias a la triple alianza de derechas en la comunidad. El tercer partido, Ciudadanos, prefiere mantenerse alejado de los ultras formalmente, aunque de facto también acabará formando parte del Ejecutivo regional gracias a sus votos. Con los 26 escaños del Partido Popular (PP), los 21 de Cs y los 12 de Vox, el tridente aspira a poner fin a los 36 años de gobiernos socialistas en Andalucía. El PP, interesado en colocar a uno de sus barones en el Palacio de San Telmo ante el ciclo electoral que se avecina, ha decidido liberar a Ciudadanos de unos contactos «a tres bandas» que Vox ha solicitado en numerosas ocasiones en los últimos días, pero que los naranjas no desean concederles por temor a perder votos por el centro. «Nosotros no nos vamos a sentar a negociar con ningún partido que no sea el PP. Cuando tengamos un acuerdo cerrado del Gobierno del cambio se lo presentaremos a los demás partidos y ellos tendrán que decidir si hay legislatura o si la bloquean, y tendrán que explicar su posición», declaró a este diario José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos. Este dirigente augura en esa «presentación a los demás partidos» el único contacto que la dirección de su formación espera tener con Vox en la actual coyuntura. Esa foto general es la que, por ahora, está dispuesto a concederles. Mientras tanto, Teodoro García Egea (PP) y Javier Ortega Smith (Vox) se reunirán hoy en Madrid. Ambos políticos ya hablaron por teléfono la semana pasada después de que, durante 48 horas, la formación ultra amenazara con bloquear la investidura y centrara su presión en derogar la ley de violencia de género. El viernes, el PP cedió y asumió parte de la filosofía de Vox y defendió la necesidad de cambios legales para que la protección también llegue a «niños, abuelos o parejas del mismo sexo».

En este asunto, los populares han alcanzado un pacto bilateral con Vox, por ahora verbal, por el cual el PP se ha mostrado dispuesto a modificar la ley en el Congreso. Una voluntad que caería en saco roto en la actual legislatura, porque no sumaría los apoyos suficientes. Fuentes de la dirección de los populares aseguran que están abiertos a llegar a pactos en otras áreas, como una auditoría de los gastos de la Junta y el recorte de la Administración. Dos ideas que también comparte Ciudadanos. Esos contactos bilaterales PP-Vox discurren en paralelo a los que empezaron ya hace semanas entre PP-Cs.