El sur de la Península Ibérica y Melilla se despertaron sobresaltados ayer de madrugada por un temblor que parecía no tener fin. El reloj marcaba las 5.22 cuando las paredes y, sobre todo, las camas empezaron a moverse sacando a muchos de su plácido sueño. Mientras en Andalucía la gente se lanzaba a las redes sociales para comentarlo, en Melilla el pánico se apoderó de muchos vecinos, que decidieron abandonar sus casas y refugiarse en la parte alta de la ciudad, con escasas edificaciones y menor riesgo de derrumbes.

El terremoto se dejó notar en toda la costa andaluza, en especial en Málaga y Granada, Sevilla, Córdoba y Jaén, según el desglose del medio millar de llamadas al servicio de emergencias 112, pero sobre todo en la ciudad autónoma, el punto del territorio español más cercano al epicentro. Lo más llamativo, según coincidían los testimonios, fue la elevada e inusual duración del temblor, de entre 15 y 20 segundos, que para muchos se hicieron eternos; lo habitual en la zona suele ser la mitad. "Nos despertamos asustados, salimos al pasillo y seguía moviéndose todo, nos pusimos los zapatos y todo seguía aún meneándose --narraba Pol Sempere, residente en Melilla--. Mi jefe ha flipado, porque le he dado tiempo a levantarse, ponerse los zapatos e ir corriendo a otra habitación a buscar a su hija antes de que la casa parase de temblar".

26 HERIDOS EN MELLILLA La hora fue un factor decisivo para no tener que lamentar daños personales, dado que en el centro comercial de Melilla, donde se ubican los edificios más antiguos, había cascotes procedentes de desprendimientos de fachada por doquier. Fueron atendidas 26 personas por heridas leves, principalmente contusiones y cortes provocados por una salida apresurada, o ataques de ansiedad.

Nada más amanecer, los bomberos empezaron a hacer balance de daños, aún sin cuantificar. El Palacio de la Asamblea, sede del ayuntamiento, fue clausurado al localizarse grietas en el interior y en la fachada, afectando sobre todo a una de sus dos torretas, que posiblemente tenga que ser derruida, según los técnicos. También el edificio Quinto Centenario, sede de varias dependencias gubernamentales y los juzgados, fue desalojado de modo preventivo, al igual que el edificio Estrella Polar, que presentaba una enorme grieta en la fachada. Asimismo, el Gobierno de la Ciudad Autónoma decidió suspender las clases en colegios y centros universitarios hasta que los inmuebles fueran revisados por los bomberos.

Mucha gente pasó la mañana en la calle por miedo ante las cerca de 50 réplicas que se sucedieron en las horas siguientes. El presidente de la ciudad, Juan José Imbroda, llamó a la calma y afirmó que equipos de técnicos han comprobado el estado de los edificios afectados.