El incesante goteo de informaciones sobre el supuesto desvío de fondos públicos por parte de UGT Andalucía ha acabado por abrir una brecha dentro de la formación. Después de que el secretario general, Cándido Méndez, pidiera a la federación andaluza que diera un paso al frente y estudiara las posibles responsabilidades ante un caso que está sacudiendo los cimientos de la organización, por fin la formación andaluza parece despertar tras meses encerrada en una actitud a la defensiva y enrocada en presentarse como víctima de una cacería mediática y política. Será después de Navidad, si el sindicato resiste la presión, cuando UGT-A analizará la situación a raíz de presuntas irregularidades en las cuentas. La reunión del comité, de carácter extraordinario, será el 9 de enero de 2014.

El pasado septiembre, la Fiscalía decidió abrir diligencias de investigación contra el actual secretario general de UGT-A, Francisco Fernández, y su antecesor en el cargo, Manuel Pastrana, por supuestos delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental y fraude en las subvenciones concedidas por la Junta en un caso destapado por el diario El Mundo. Diversos papeles internos y mails de dirigentes del sindicato, que han salido a la luz tras un expediente de regulación de empleo que incendió las relaciones internas en la organización, apuntan a varios casos de facturas falsas. UGT Andalucía pudo cargar a fondos de formación de la Unión Europea y subvenciones repartidas por la Junta gastos de distinta naturaleza, desde regalos para sus afiliados hasta pancartas para manifestaciones u obras de reformas en la sede ugetista.

Ayer el secretario general de UGT en Andalucía, Francisco Fernández, admitió por primera vez que no descarta dimitir aunque, según advirtió, "la potestad la tienen los afiliados". Fernández Sevilla sustituyó a Manuel Pastrana hace menos de un año, en abril de 2013. Fue una sucesión dirigida por el propio Pastrana, que señaló a su entonces vicesecretario de organización para tomar las riendas. En una entrevista a Canal Sur Televisión, el secretario general dijo que la dimisión es "una cuestión que nunca se descarta", pero son los afiliados los que "tienen que decir sobre la evolución que están teniendo los acontecimientos". Es un nuevo discurso. A comienzos de esta misma semana, Fernández volvió a reiterar que está "tranquilo" con su trabajo y que, por tanto, no pensaba en dimitir, considerando que tanto él como su homólogo a nivel nacional, Cándido Méndez, lo han hecho "correctamente".

RECOGIDA DE FIRMAS No solo crece la presión para Fernández desde Madrid, después de que Méndez haya exigido públicamente que se asuman responsabilidad, también hay movimientos en las filas andaluzas. Un sector de afiliados de UGT-A está recogiendo firmas por vía on line pidiendo la dimisión de Fernández Sevilla, y demandando una "regeneración" en el seno del sindicato. La exsecretaria de la Mujer de UGT-A, Ana Pérez Luna, aseguró ayer que desde mayo a la actualidad "viene habiendo cierta contestación por parte de las bases".

El caso del presunto desvío de subvenciones públicas mediante facturas falsas no el único frente que tiene abierto UGT en Andalucía. La jueza Alaya, que instruye el presunto fraude de los ERE, también ha imputado a varios sindicalistas, entre ellos el exsecretario provincial de Cádiz.

El Partido Popular andaluz acusó a la Junta de "connivencia" con el sindicato en el "fraude" de las subvenciones y exigió al Gobierno andaluz que se persone en la causa. PSOE e IU rechazaron ayer por segunda vez que Manuel Pastrana y Francisco Fernández comparezcan en el Parlamento andaluz.