El PSOE de Andalucía intentó ayer tomar la iniciativa en el caso de las ayudas irregulares tras las acusaciones del PP que sitúan al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, como "el cajero de los ERE", en alusión a su anterior cargo de consejero de Hacienda.

El propio Griñán anunció su disposición a comparecer en el Congreso de los Diputados, tal como piden los conservadores, si el reglamento lo permite. También avanzó que la próxima semana volverá a dar explicaciones sobre la supuesta trama de corrupción en los expedientes de regulación de empleo (ERE) en la Cámara autonómica.

Aunque el ánimo no está para celebraciones por la situación económica y el paro, Griñán, también presidente del PSOE, quiso comparecer para hacer balance del primer año de legislatura en coalición con IU. Pero sus planes se fueron al traste tras la nueva operación policial por el caso de los ERE.

Apenas unos minutos de discurso para balance gubernamental sirvieron de introducción para hablar, con referencias veladas al principal partido de la oposición, sobre corrupción y desprestigio político, eje de todas las preguntas que se le realizaron después.

"Ninguna corrupción puede tapar otra corrupción", señaló Griñán, quien también lamentó que se use este caso para obtener "réditos electorales". Una estrategia que, a su juicio, solo "envilece el debate, porque se termina recurriendo a la insidia, la mentira y la calumnia", en alusión a las acusaciones de ser el responsable político en última instancia del fraude de los ERE, algo que negó tajantemente.

LAS RESPONSABILIDADES El presidente andaluz aseguró tener la conciencia "muy tranquila" y no ver argumentos legales para su imputación en la trama. Reconoció además que las responsabilidades políticas se deben asumir aunque ya no se esté en el Gobierno --en alusión a los exaltos cargos señalados por la instrucción judicial--, pero que estas no pueden buscarse "donde no las hay". Es decir, en él mismo.

Desde que el caso estalló, el PSOE ha señalado como responsables al exdirector general de Trabajo y pieza clave de la trama, Javier Guerrero, y a "cuatro golfos".

Pero la investigación apunta otra vez al exconsejero de Empleo Antonio Fernández (ya imputado) y a su antecesor, José Antonio Viera. Griñán no se planteó ayer si su partido se equivocó al situar la culpa un escalón más abajo, y matizó que en cualquier caso "las responsabilidades políticas quedarán muy claras en el futuro".

En el PP han encontrado un filón. Los conservadores sostienen que el PSOE no "tira de la manta porque debajo hay socialistas". Para el secretario general de los populares en Andalucía, José Luis Sanz, "es imposible organizar una trama de saqueo de dinero público sin la complicidad, por acción u omisión, del presidente de la Junta". Sanz reiteró la petición de que Griñán explique en el Congreso por qué siendo ministro de Trabajo modificó una norma sobre ayudas sociolaborales para hacerla más estricta y no la aplicó después en Andalucía. "Se trató simplemente de una ampliación para incluir a sectores que quedaron fuera de los procesos de reconversión industrial", justificó Griñán.

ANALISIS RETROACTIVO Por su parte, el portavoz adjunto del PSOE en Economía, Antonio Hurtado, tachó la propuesta de "artimaña" para tapar el caso Bárcenas y la supuesta financiación ilegal del PP.

Fuentes socialistas señalaron que la petición de los conservadores tiene difícil encaje, porque no se puede revisar retroactivamente una actuación ministerial. La comparecencia de Griñán, además, sentaría un peligroso precedente para los ministros del PP. Pero para que no haya dudas de su disposición, demostrada en 12 ocasiones en la Cámara y en 466 preguntas parlamentarias sobre los ERE, Griñán anunció que volverá la próxima semana al Parlamento andaluz. "Una vez más compareceré donde sea, porque es la forma de actuar de mi Gobierno", dijo antes de ironizar con la posibilidad de crear una comisión de investigación en el Congreso sobre los ERE, Bárcenas y Gürtel "en la que compareciéramos todos". Griñán no quiso entrar en lo que llamó "las mentiras" del PP para implicarle en el mayor caso de corrupción en Andalucía. "No me lo permite mi sentido del honor y de la política --señaló--. Eso, además, no restaría ni un ápice de gravedad a todas las irregularidades cometidas con fondos públicos".

Desde el partido socialista recuerdan que, a diferencia del PP con Bárcenas, la Junta mantuvo desde el inicio una actitud activa: denunció ante la Fiscalía, abrió una investigación interna, se personó en el caso e incluso pidió imputaciones contra algunos exaltos cargos.