Tras volver de su baja y exigir quedarse con todas las macrocausas frente a sus sustitutos, el TSJA pidió a Mercedes Alaya agilizar la instrucción. Esta operación en marcha implica que deba tomar declaración a 20 detenidos antes del sábado y además citó a 9 imputados. Tal acumulación de trabajo no le hace renunciar a interminables interrogatorios y horas de espera de letrados e imputados que algunos ven una estrategia para agotarles y causa malestar. Un abogado llegó a decirle ayer que en los seis meses que ha estado de baja nadie se ha quejado. Si hace un año Alaya hizo pasar la noche del pescaíto de la Feria de Sevilla al exconsejero Antonio Fernández esperando su auto de prisión, ahora va camino de amargar la Semana Santa a más de uno. El miércoles, la Guardia Civil pilló literalmente a Guerrero en pijama para citarle pero no declaró hasta las 14.00 horas. Bordallo entró siete horas tarde y solo cuando acabó a las 1.30 de la madrugada le dijo a Albarracín --llegado en AVE desde Madrid-- que se marchase. Lo citó ayer a las 10.30 horas, aunque ella llegó después, y entró a mediodía. Solo a petición del fiscal hizo un receso para comer y al regresar aprovechó la ausencia del decano para volver a ordenar alejar a la prensa de la zona.