El Parlamento andaluz volvió a su rutina y el pleno dejó claro que la transparencia y la corrupción se cuelan por cada rendija. Un grupo de inversores chinos, en busca de negocios inmobiliarios, asistieron a la sesión de control y posiblemente no entendieron ni media palabra de las que se cruzaron José Antonio Griñán y Juan Ignacio Zoido. Se limitaban a otear la majestuosa capilla que hoy acoge el hemiciclo. Del día de ayer se pueden sacar varias conclusiones. Parece que el secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta va en serio en su orden de juego limpio. El no utilizó al extesorero del PP Luis Bárcenas ni los sobresueldos supuestamente pagados en negro a la cúpula del partido. Ni siquiera mencionó el confeti de la ministra de Sanidad, Ana Mato. Sin embargo su adversario le volvió a atacar con el caso ERE y hasta cinco requerimientos del Tribunal de Cuentas a la Junta para que entregue documentación que permita fiscalizar las ayudas públicas en los tribunales. Si alguien pensó que el PP-A, tras estallar el caso Bárcenas y revivir Gürtel estaba obligado a cambiar su guion de ERE, ERE, ERE, se equivocó.

Recuperar credibilidad

Griñán ha interiorizado su discurso sobre la necesidad de recuperar la credibilidad de la política y lo repite allá donde va. De nuevo, apostó por una ley de transparencia que creará un consejo de independientes que arbitre los conflictos entre ciudadanos y administración y, sobre todo, anunció que esa transparencia se extenderá a la financiación de los partidos políticos en Andalucía. Los socialistas abogan por suprimir las donaciones privadas. A Zoido solo le dejó claro que ambos entienden la corrupción de manera diferente ("para nosotros es algo con lo que hay que terminar, para ustedes es algo con lo que terminar con el PSOE") y le afeó su "hipocresía".

Los papeles de Bárcenas

Y enfrente Zoido dio también buena cuenta de que cree que el caso Bárcenas ni les afecta ni les ocupa. Como si no fuera con ellos pese a que hay andaluces en los famosos papeles, entre ellos Javier Arenas, allí sentado. El volvió con los ERE y ridiculizó las promesas de transparencia de Griñán cuando ni siquiera difunden el déficit de 2012.

Tras la sesión de control, el debate sobre la petición del PP de crear una comisión de investigación de Invercaria retrató a cada grupo frente al tema estrella: la corrupción. El PP lo tiene más difícil. El popular Rafael Salas hizo un trabajo arduo en su retrato de la sociedad de capital riesgo de la Junta, Invercaria.

Segundo 'caso ERE'

Un segundo caso ERE, según el PP, con cheques millonarios a empresas "de los amigos del Gobierno" y "con menos papeles que las ayudas de Guerrero", el cabecilla de los ERE. "Al menos 40 millones de euros de los andaluces se han esfumado", dijo Salas, que apuntaló toda esta denuncia en un duro informe de la Cámara de Cuentas que fiscalizaba las ayudas de 2009 y denunciaba gastos indebidos del entonces presidente de Invercaria.

Invercaria, sin comisión

"¿Ustedes no se ponen un poco colorados? De ruborizarse, no de rojos", le replicó el portavoz de Izquierda Unida, José Antonio Castro, que recordó que el PP es hoy "el epicentro de la corrupción" y "la vergüenza nacional". IU no apoyó la comisión sobre Invercaria y se llevó una dura reprimenda del PP: "Están tapándoles las vergüenzas al PSOE". Eso les duele. En respuesta, los socios de gobierno han pedido una comisión que desnude las cuentas de los partidos andaluces el último lustro. El PP no respondió y le preguntó a IU por los créditos bancarios condonados. El socialista Manuel Jiménez Barrios negó que haya caso en Invercaria y habló de "montaje" del PP. Para callar al adversario, repasó la agenda. Ayer se disolvió la sociedad riesgo de Madrid, del PP, como Invercaria pero con 34 millones de pérdidas. El Congreso rechazó una investigación sobre la ministra Ana Mato. Y el portavoz popular, Carlos Floriano, rechazó una investigación sobre el dinero de los partidos.