La defensa del empresario Cristóbal Peñarroya, acusado en el caso Malaya, aseguró ayer que fue la Junta la que "creó el caldo de cultivo ideal para todo tipo de arbitrariedad o corruptela" en el ámbito del urbanismo, al dejar a la localidad "sin norma urbanística". Apuntó, junto a otros letrados defensores, que el fiscal al hablar de una sentencia ejemplar se refiera a "más dura que justa" y que "sirva de escarmiento". En una nueva sesión del juicio contra la trama, han expuesto sus informes finales las defensas de cinco de los acusados.

Por su parte, la defensa del constructor Rafael Gómez también habló de los erores de la instrucción y del "sufrimiento pasado" por su defendido, aunque se le pida una "pena liviana". Aseguró que los archivos Maras "no pueden ser un dogma o la biblia ni la única prueba de cargo de que se dispone para la acusación de mi defendido", recordando que Roca "reconoce que nunca ha recibido dinero de don Rafael". "No está probado que diera dinero alguno al señor Roca, no hay causa tampoco por la que dar dinero", indicó el defensor, quien añadió que el Ayuntamineto "se lucró en exceso" con lo cobrado por las obras en unos locales. Por esta "falta de pruebas", por "lo que ya ha padecido en esta pena de banquillo", consideró que merece la absolución.