El presidente del PP-A, Javier Arenas, señaló ayer, con motivo de la reunión de la junta directiva regional del partido, que tras su marcha de la presidencia, una vez que se celebre el congreso regional, no se ve desempeñando labores de gobierno en el Ejecutivo estatal, sino "ayudando desde un segundo nivel" a sus "compañeros" de Andalucía y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

En declaraciones a los periodistas, Arenas reaccionó en ese sentido a las palabras vertidas por Rajoy --que mostró su apoyo al aún máximo mandatario de los populares andaluces porque lo necesita y es un político que "tiene vocación" y "del que no se puede prescindir"--, manifestando que estas declaraciones "vienen marcadas por el afecto personal y una amistad de muchísimos años".

"Siento gratitud hacia Rajoy, y mucho respeto y admiración por cómo afronta los momentos difíciles", dijo, para calificar a continuación que no sabía que Rajoy se iba a pronunciar en esos términos, y consideró sus palabras como "una opinión personal que le sale del corazón pero que no tiene nada que ver con decisiones políticas". Además, Arenas aseguró no haber hablado "en absoluto" ni con Rajoy ni con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, acerca de su futuro.

Por lo demás, Arenas dijo que la junta directiva celebrada ayer supone "un día muy especial", en el que su partido da "un ejemplo de madurez política extraordinaria, comportándose como lo que es, un partido de gobierno en España y en muchos ayuntamientos, y para el futuro de Andalucía, donde ya hemos ganado las elecciones".

El presidente del PP-A, que insistió en dar las gracias "de corazón" por todo el apoyo y la "lealtad" recibidos, justificó su decisión de dejar la coordinación del partido hasta el congreso en la figura del alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, porque es "un amigo del alma y ejemplo de humildad y valores políticos". "Si creo que el cambio es bueno para Andalucía --añadió--, también hacía falta una nueva etapa dentro del PP".

En su intervención, Arenas, que pidió "humildad", expuso tres peticiones muy concretas, consistentes en que se dé el mismo respaldo que a su persona a los dirigentes populares que salgan del congreso; que se cuide "como oro en paño" la "cohesión" y unidad interna del PP; y que en estos momentos de "tanta dificultad para Andalucía y España" se apoye "con todas las consecuencias" el proyecto "reformista" de Rajoy, con el que "no tengo ninguna duda de que se ganará a la crisis y al paro".

Por último, Arenas bromeó aseverando que en lo único que condicionará a la estructura regional del partido es para que se mantenga la consignación presupuestaria para enviar cada Navidad polvorones a sus compañeros del País Vasco, "que se lo merecen todo".