El Consejo de Gobierno aprobó ayer por fin el reglamento del taxi, un texto de 56 páginas que viene a ordenar un sector donde conviven diversas ordenanzas municipales junto a una alta dosis de intrusismo profesional. El primer borrador del decreto data de 1993, pero hasta ahora ha sido imposible poner de acuerdo a todos los sectores implicados.

El reglamento combina viejas reivindicaciones de los usuarios con demandas de los taxistas. Entre las primeras destaca la obligación de que todos los coches tengan taxímetros para fijar el coste de la carrera. El 5% de la flota de vehículos deberá estar adaptada para discapacitados. Un taxi podrá recoger a cuatro ocupantes; seis si hay un dependiente, y hasta ocho (en monovolúmenes) para municipios costeros y zonas de baja población. Y además en los usuarios residirá el derecho a que la climatización vaya encendida (calefacción o aire acondicionado), que la radio vaya alta o baja y que el taxista lleve consigo, por fuerza, cambio para billetes de 20 euros. Entre las reclamaciones de los taxistas sobresale una norma: una licencia por cada conductor (se prohíbe un mismo titular con varios vehículos), además del derecho de vetar a pasajeros ebrios.

En Andalucía hay 10.000 taxis, de los que 6.500 ya tienen taxímetro. La Consejería de Obras Públicas calcula que el decreto obligará a instalarlo en otros 2.200 coches (los 308 taxis de Marbella no lo llevan). La norma da un plazo de 24 meses. En este cálculo no están contabilizados los vehículos de municipios de menos de 10.000 habitantes, exentos de llevar taxímetro.

El reglamento establece una ratio de 0,50 licencias de taxi por cada mil habitantes para pueblos con menos de 50.000 habitantes, y de 2,5 licencias para ciudades con más de 650.000. Los municipios que se encuentran en la franja intermedia podrán modificar el número de licencias según sus necesidades. Sevilla, que actualmente representa casi el 25% de la flota de taxis de Andalucía (2.194 vehículos en activo), tiene 3,2 coches por cada mil habitantes. Pero la disposición adicional dice que "todas las licencias existentes cuando entre en vigor seguirán teniendo validez", aunque Sevilla prevé eliminar 462 vehículos de la flota. Para frenar el intrusismo, el reglamento dice que sólo habrá una licencia por persona física: mismo titular y conductor, aunque éste tenga asalariados a su cargo para descansar. No se podrá ni ceder ni arrendar la licencia del taxi sin autorización, y se prohíbe que el titular de la licencia sea una persona jurídica (una empresa). El 98,5% de los taxistas de Andalucía son titulares de un solo vehículo, y el 1,5% (105) poseen más de una licencia. Estos últimos tienen 15 meses para adaptarse al reglamento. En los pueblos de 5.000 habitantes, se exigirá a los taxistas dedicación exclusiva.