La confección de las listas del PSOE al Parlamento, de cara a las autonómicas, culminó ayer con una sonora demostración de falta de cohesión interna y fragilidad en la dirección regional. Los socialistas han escenificado una absoluta falta de pudor a la hora de disimular sus cuitas internas en Almería, Málaga, Córdoba, Cádiz y Sevilla. El máximo exponente de la fractura que sufre el partido tuvo lugar ayer con la abrupta dimisión del secretario provincial de Sevilla, José Antonio Viera, que dejó en tela de juicio la validez de la lista aprobada en la capital, liderada por el propio secretario regional José Antonio Griñán, y su número dos, Susana Díaz. Sólo el PSOE de Huelva y Granada siguen funcionando con una sola voz y aparente falta de disidencias. Mientras que Jaén, con Micaela Navarro de referente y Mar Moreno en el tercer escalón, parece ser la única provincia que ha respondido a la llamada a la "integración" que formuló Griñán tras el 38 congreso federal.

Las últimas candidaturas que faltaban por elegir (Sevilla y Cádiz) eran también las más beligerantes con la ejecutiva regional, y ayer dieron la puntilla a un partido resquebrajado por las luchas internas a mes y medio de las elecciones. Las direcciones del PSOE de Sevilla y de Cádiz decidieron abrir en canal el partido y dejar al descubierto las heridas: los dos comités provinciales aprobaron sus listas en ausencia de un amplio sector, formado por los críticos. En Cádiz fueron excluidos los griñanistas --liderados por el consejero Francisco Menacho-- y críticos con la ejecutiva de Francisco González Cabaña. En Sevilla ocurrió al revés: tras la dimisión de Viera y una vez disuelta la ejecutiva, los griñanistas siguieron adelante con el comité provincial y aprobaron una lista sin consenso (en la votación participó menos de la mitad de sus miembros). Las convulsiones del PSOE-A provocaron una reunión urgente en la sede federal, en Ferraz.

González Cabaña anunció ayer que el comité provincial del PSOE en Cádiz había aprobado "por aclamación" la lista que presentó su ejecutiva. La candidatura estará encabezada por el exconsejero Luis Pizarro, seguida de Rocío Arrabal, concejal en Algeciras, el diputado Ismael Vaca, María Colón Lozano, de la Agencia del Voluntariado, y Carlos García Caballero, exedil de San Fernando. De la lista fueron excluidos todos los miembros del sector crítico con la dirección provincial, representados por Menacho y por la alcaldesa de Sanlúcar, Irene García. Los críticos en Cádiz contaban con el respaldo de la ejecutiva regional y demostraron su peso en la provincia durante el 38 congreso, cuando su lista de delegados quedó a sólo ocho votos de la que presentó González Cabaña.

Menacho denunció que la candidatura elegida ayer "no era la que tenía que haber ganado", y aseguró que "43 agrupaciones" habían propuesto una lista liderada por él, "frente a las 40 agrupaciones que apoyaron a Pizarro". La candidatura de González Cabaña recabó el 75% de los votos (126), pero el sector crítico (hasta llegar a los 200 que forman el comité) se ausentó de la votación en protesta por haber sido excluidos. "No sé si el comité provincial tiene quorum porque no ha entrado la mitad del partido, eso es un fracaso para todos", dijo Menacho. Cabaña reconoció que su lista "no recoge" a todo el partido en Cádiz y lo achacó al "desprecio" de los críticos por ausentarse de la votación. "Su comportamiento", advirtió, "ha sido deshonesto, desleal y mentiroso".

El "ruido" de la democracia interna al que apeló Griñán en el inicio del proceso de confección de las listas al Parlamento ha dejado un rastro de adjetivos malsonantes que los socialistas han usado contra sí mismos: "deshonesto, desleal, mentiroso, ilegal, inmoral, despreciativo, promotor de vetos injustos, de injerencias graves y de vulneración de la autonomía" de sus dirigentes.

De momento, las listas de los comités provinciales son propuestas que ahora tendrá que ratificar el comité director del PSOE andaluz, que se reúne pasado mañana. Y en última instancia será el federal el que dé el visto bueno definitivo. Todos los críticos con la ejecutiva regional --que en el congreso se alinearon con Rubalcaba-- han sido borrados de las listas. Esto lo evidencia el 40% de rechazo a la candidatura de Córdoba, el 35% en contra de la de Málaga, el 24% contra la de Almería, y la incertidumbre de la lista por Sevilla.